Los centros juveniles se preparan para volver a ofrecer la mejor versión de sí mismos

7 octubre 2021

ÁLVARO BLANCO

La crisis sanitaria afectó transversalmente al normal desarrollo de los oratorios. Estos tuvieron que adaptarse y readaptarse constantemente a las exigencias de cada etapa. Algunos tuvieron que interrumpir su actividad o lanzar una propuesta telemática, otros consiguieron salvar la presencialidad durante todo el curso pasado. Ahora la situación brinda una nueva oportunidad para retomar el ritmo y el encuentro personal.

 

Ya lo indicaba el vídeo de presentación de este nuevo curso pastoral: Estrenamos nuevas actividades y rutinas, porque aunque sean las de siempre, saben distintas. Y es verdad que hay ganas de retomar tantas rutinas y actividades que quedaron atrás por las exigencias de la situación. También la necesidad de reinventarse y la capacidad creativa de los distintos equipos de trabajo dieron paso a nuevas actividades, dimensiones a cuidar, herramientas potenciadas, procesos más flexibles… realidades que llegaron para quedarse, porque realmente de todo se aprende y más aún en la dificultad.

Es el caso por ejemplo de Alcalá de Henares.

Rubén Escribano, director del Centro Juvenil, nos acerca su realidad:

’El curso pasado trabajamos muy duro desde el primer momento para aplicar todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad del centro. Fue un esfuerzo administrativo y económico bastante notable, pero nos permitió abrir las puertas del Centro a los chavales, momento que todos ansiábamos. Tuvimos que trabajar por grupos burbuja, por lo que los chavales siempre compartían espacio y tiempo con los mismos compañeros y animadores. Introducimos algunas actividades al aire libre para poder juntar a los distintos grupos, aunque siguiésemos evitando el contacto directo de unos con otros y desinfectando los materiales constantemente, pero por lo menos podían verse las caras y sentir que estaban compartiendo ese momento. Tuvimos incluso que cesar la presencialidad en la sección del centro durante el segundo trimestre, continuando con un oratorio telemático. La sección del Chiqui pudo continuar con su ritmo presencial con normalidad. 

 

Sí que mantuvimos en todo momento una oferta de fe para el cuidado espiritual de todos los miembros de la Casa. Las oraciones de los viernes, los grupos de fe y catecumenados, la presencialidad en la eucaristía,… incluso celebramos una Pascua local con muy buena participación y resultados. 

 

La situación mejoró y tras un cierre de curso más permisivo y un campamento que resultó un broche final por todo lo alto (una semana en el albergue de Tablada para cada sección), volvemos con las energías renovadas y unas ganas tremendas de reencontrarnos con los niños y jóvenes en este nuevo curso. Nos hemos reunido en Tablada para programar. Ha sido un fin de semana muy fructífero, y traemos muchas novedades para este nuevo curso. Vuelven los talleres, las salidas y convivencias, grandes actividades… Es momento para renovarse e invertir, de recuperar el encuentro en cada momento pastoral. Seremos tan ambiciosos como la situación actual nos permita, siempre desde la coherencia y situando el bienestar de nuestros jóvenes como fin último de nuestra actividad’. 

Coincide en bastantes ideas,

Iñaki Echeverría, Director del Centro Juvenil de Deusto:

Aguantamos la actividad presencial durante todos los meses, con todo el esfuerzo y desgaste que conllevó esa situación de continua adaptación. Las actividades de siempre, pero con muchas restricciones. Resultó un formato más tedioso: siempre compartiendo con los mismos, cerca y a la vez lejos de tantos amigos y compañeros, se perdía el sentido grupal. Por otro lado, el reto llevó al equipo a explotar su creatividad y potencial, desarrollando una gran capacidad para la resolución de conflictos y una mayor flexibilidad a la hora de actuar. Es de destacar el gran compromiso por parte del equipo de animadores en todo momento, la situación les puso a prueba una y otra vez y estuvieron más que a la altura.

Ahora volvemos a una situación de mayor normalidad. Ya hemos tenido una formación conjunta y un retiro. Retomamos algunas fiestas, los musicales, actividades más ambiciosas, etc. Ponemos mucha esperanza en este nuevo curso.

 

El pasado reciente nos ha arrebatado bastante, pero creemos que tenemos mucho más que recuperar y por lo que invertir. Y también nos ha servido para aprender muchas cosas, como que a veces las actividades no son tan importantes como lo es la presencia y referencia de los animadores entre los jóvenes. Realmente son guías y acompañantes para los chavales en este camino, ellos se sienten queridos y que se confía en ellos. 

Nos comparte algunas previsiones.

Carlos Hermida, Coordinador de la Asociación Xuvenil Abertal en Vigo:

Volvemos a la carga, aunque realmente no hemos llegado a parar en ningún momento, ya que mantuvimos los grupos de los fines de semana y los refuerzos educativos. Ahora, entre otros proyectos, retomamos aquellos implicados con personas con diversidad funcional, interrumpidos en su día por la condición de población de riesgo de sus receptores. Si todo va bien, podremos mantener un club de ocio en el que podamos brindarles una oferta de ocio y tiempo libre normalizada. También volverá con más fuerza el trabajo de las comisiones: la Comisión Solidaridad ya planea torneos solidarios, recogidas de alimentos, etc, mientras que la Comisión de Música, por ejemplo, ya prepara el festival Única Función, con el objetivo de fomentar esta dimensión artística entre la población juvenil. 

 

Es momento para apostar a nivel estructural y recuperar los ritmos tan productivos que siempre hemos mantenido. Tenemos la suerte de contar con una juventud comprometida y que realmente cree en el proyecto. Las impresiones son muy buenas para este nuevo curso y vamos a aprovechar esa inercia para llegar tan lejos como podamos. 

Alfonso Aldasoro, Coordinador General de Pastoral de Barakaldo, nos manda estas líneas:

UN REENCUENTRO ESPERADO…Y EN SOMALO

Toda la situación sanitaria provocada por la COVID19 nos ha limitado mucho en Salesianos Barakaldo, como en otras Casas salesianas, en nuestras actividades en el ámbito del tiempo libre y de los grupos de fe. Han sido intervenciones en formato “burbuja”, donde hemos perdido nuestros encuentros con todos los que animamos este ámbito del tiempo libre.

 

Por eso al iniciar un nuevo curso, los días 2 y 3 de octubre, 32 animadores de la Asociación “Jóvenes 88 Gazteak”: Triki-Traku (Oratorio), Centro juvenil y Catecumenado, de la Obra de Barakaldo, hemos querido reencontrarnos todos de nuevo, para convivir, rezar, celebrar y programar las actividades del nuevo curso.

 

El lugar del reencuentro el más significativo para todos nosotros… ¡Somalo! (La Rioja). El lugar nos habla de ilusión, de momentos importantes vividos, de experiencias con los jóvenes, de vivencias de fe… y sobre todo de VIDA. Somalo es “magia”; decimos entre nosotros. Y ciertamente estos días hemos cargado las pilas para iniciar una nueva andadura, para poder vivir ”apasionados por la vida”. Los jóvenes nos esperan. Feliz curso. Feliz año de pastoral lleno de vida.

Como estos, tantos otros testimonios que podríamos incluir de cada centro juvenil de la geografía inspectorial. Son muchas las ilusiones sumadas a este nuevo proyecto de curso. Juntos, apasionados por la vida, ponemos en manos de Dios esta nueva oportunidad y rezamos para ser capaces de llegar a cada joven que la vida nos confía en el camino.

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