Desde el CJ Pozo Don Gil hasta Santiago de Compostela: ¡Ultreia!

20 agosto 2021

MARIAN SERRANO

Aprovechando el Año Santo Compostelano, desde el Centro Juvenil de Salesianos Ciudad Real se planteó este verano vivir la experiencia de “El Camino de Santiago”. Tuvo lugar del 21 al 28 de julio.

Participaron un grupo de 33 adolescentes del Centro Juvenil, 8 animadores, un salesiano y dos madres que llevaron a cabo la tarea de cocina e intendencia. El tramo del Camino realizado ha constado de cinco etapas. Las últimas del Camino Francés: desde Sarria (Lugo) hasta Santiago de Compostela. Todo se ha desarrollado con normalidad y el ambiente que se ha generado entre todos ha sido de auténtica familia. Después de tantos meses de pandemia y sin poder hacer actividades extras, “si cabe todos hemos disfrutado mucho más la experiencia”, afirman desde la organización.  

Adolescentes

Animadores

Salesiano

Madres

días de Camino

Caminar, recibir y dar

La mañana se dedicaba a andar, madrugando cada uno de los días. En el pueblo de final de etapa esperaban Mayte y Ana, las madres que ya habían hecho la compra y tenían la comida preparada. Para ellas ha sido una experiencia para repetir. Coinciden que, aunque han sido unos días de mucho trabajo, la experiencia ha sido muy buena: “no dudaría en repetir, estar con los chicos es una experiencia muy gratificante”, afirma Mayte.

“¡Todo lo que tiene que ver con el espíritu salesiano me encanta, sabía que iba a ser una experiencia que no olvidaría en la vida!; ¡Compartir con todos en general esos días ha sido increíble!, confirma Ana.

Tiempo libre y reflexión

Cada día, después de la merecida ducha y de lavar la ropa, el grupo disfrutaba de la comida preparada con tanto cariño. Ya por la tarde: tiempo para descansar, charlar, jugar, etc. Cada día había un tiempo libre para dar una vuelta por el pueblo. Al final de la tarde, tiempo de grupos reflexionando sobre la vida a la luz de diferentes elementos del Camino. Algunos días también celebraron la Eucaristía. A Carlos, uno de los jóvenes destinatarios le hemos preguntado porqué se había apuntado para hacer el Camino:

“Mucha gente cercana me había dicho que era una experiencia inolvidable y cuando me dieron la oportunidad de ir me lance sin pensármelo y, cierto… ha sido inolvidable”

Encuentro con la vela

Después de cenar, cada día el “encuentro con la vela” (momento de revisión de la jornada) y las Buenas Noches. Un tiempo en el que los lazos se estrechan y se puede pensar, como dice Rocío:

“El Camino de Santiago me ha permitido reflexionar sobre muchos temas y conocer gente maravillosa creando vínculos que perdurarán gracias al Centro Juvenil”.

En algunos albergues han estado solos y en otros han compartido espacios comunes (nunca habitaciones) con otros peregrinos.

En la Plaza del Obradoiro

“El día 26 al llegar a la Plaza del Obradoiro todos sentimos una emoción especial en nuestro corazón: habíamos llegado a la Catedral que contiene los restos del Apóstol Santiago: habíamos logrado llegar a la meta que habíamos soñado durante los últimos días, destino de millones de peregrinos a lo largo de los siglos. Todos nos fundimos en abrazos y muchas lágrimas asomaron por la mejilla: ¡fue un momento muy especial!”, relata Antonio Esgueva, salesiano responsable de la expedición.

Es una experiencia que les ha ayudado a conocerse a ellos mismos. “Conocerme a mi misma y a los chicos y chicas del Centro”, cuenta Araceli, una de las 8 animadoras.

Hospitalidad de familia

Se alojaron en el albergue del Centro juvenil salesiano y pasaron toda la tarde en la ciudad compostelana. Al día siguiente participaron en la misa del peregrino de las 09,30 en la Catedral y veneraron las reliquias del Apóstol. Tiempo libre, comida en un restaurante de la ciudad (fiesta para las madres) y viaje hasta Coruña, disfrutaron de unas horas de la playa, “aunque el agua estaba fresquita”. Se alojaron en el albergue de nuestro Colegio Salesiano de allí.

Sanos y renovados

De vuelta a Ciudad Real, con la mochila del corazón llena de momentos inolvidables. Al llegar: test de antígenos y… ¡todos dieron negativos en Covid’19! Según Antonio Esgueva, salesiano responsable, el Camino de Santiago es “una experiencia inolvidable, a varios niveles: de convivencia intensa y de amistad con otros compañeros, momentos de compartir vida con un notable sentido de profundidad, de encuentro consigo mismo; experiencia de superación, de disfrute de la naturaleza en medio de paisajes espectaculares; experiencia de encuentro con el Misterio, con Dios; experiencia de Iglesia, viviendo el sentido religioso genuino del Camino… “ Como los propios protagonistas nos han confimado han llenado sus mochilas de ilusión, de recuperar la frescura de las relaciones de amistad presenciales, de ganas de seguir construyendo Centro Juvenil, de seguir creciendo en la fe. El Camino ha supuesto una inyección de ánimo, de alegría, de convivencia, de ganas de vivir, de superación de días y momentos grises…

¡Ultreia!

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