Las primeras comuniones florecen de nuevo en mayo

11 mayo 2021

Manuel Serrano

Mayo es el mes de las flores, el mes de la Virgen y, también, el mes de las primeras comuniones. El año pasado, la crisis de la pandemia privó a miles de niños y niñas de celebrar este día tan importante en sus vidas, en el que reciben por primera vez a Jesús Sacramentado.

En estas semanas, las casas salesianas de la Inspectoría vuelven a acoger estas celebraciones con un ambiente festivo pese a las circunstancias. “Se ha notado una fe y un sentido religioso más vivo que en años anteriores. Deseo de celebrar la fe y deseo también de los padres de poder dar a los hijos este gran regalo”, expresa Iñaki Lete, párroco del Santuario de María Auxiliadora-Salesianos Atocha, en Madrid. 80 niños y niñas han recibido su Primera Comunión allí, de los cuales ocho eran de los que no pudieron hacerlo el pasado curso. “La emoción estaba a flor de piel, aunque aún quedan siete grupos por recibir el Sacramento, ya que este fin de semana hemos comenzado”, cuenta Kike Ruiz, delegado de Comunicación de Salesianos Ciudad Real, donde casi medio centenar de niños y niñas hacen este año su Primera Comunión. “Los últimos grupos, que la recibirán en junio, son los chicos y chicas que no pidieron hacerla el curso pasado; ellos están muy ilusionados y con muchísimas ganas”, añade Ruiz.

Las casas han tenido que aplicar medidas con el objetivo de controlar el aforo: “Se ha limitado el número de familiares a cinco o seis por niño, y se han hecho celebraciones por cada uno de los grupos”, indica Julián Sánchez, párroco de la iglesia de María Auxiliadora, en Puertollano. Similar situación en la vecina casa de Ciudad Real: “Los grupos están pensados de cinco o seis chicos y chicas para que el aforo del templo permita que los familiares estén cómodos y puedan asistir. Con grupos más numerosos, se quedaría gente en la calle y es lo que se intenta evitar”, puntualiza Kike Ruiz. En Atocha, se ha aprovechado el espacio al aire libre para poder ampliar el aforo de las celebraciones: “En la cripta han entrado los familiares más cercanos del niño, según los puestos asignados. Y en el patio, a través de unas pantallas, han podido seguir la celebración todos los invitados”, aclara Iñaki Lete.

El párroco del madrileño Santuario de María Auxiliadora recuerda que “durante todo el año se ha retomado la actividad del Oratorio-Centro Juvenil, donde se incluyen también las Comuniones. Ha sido presencial desde el comienzo del curso, con las medidas necesarias, pero no se ha parado la actividad de educación en la fe y tiempo libre; con el regalo de un grupo de animadores extraordinario, con verdadero compromiso cristiano y salesiano”. Como sentencia Kike Ruiz, “volver a celebrar los Sacramentos con casi total normalidad se valora como muy positivo, ya que da a entender que la Vida sigue adelante y nos da la posibilidad de celebrar”.

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