Los Centros Juveniles se preparan para ofrecer su mejor versión en tiempos de pandemia

6 octubre 2020

Álvaro Blanco

Con la llegada del otoño y del nuevo curso retoman el ritmo en la Inspectoría los oratorios y centros juveniles, criterio fundacional de la obra de Don Bosco. Los distintos equipos de animadores se esmeran en la preparación de un nuevo curso lleno de desafíos. Las ganas e ilusiones están a la altura de los retos que supone la coyuntura socio-sanitaria.

Las Casas salesianas vuelven a acoger en estos días a los animadores y voluntarios que llenan de vida los 42 centros juveniles de Salesianos Santiago el Mayor. Este año programan el curso con una dificultad extra añadida, pero con la misma predisposición de cada año. El objetivo sigue siendo el mismo: ofrecer una propuesta educativa y pastoral de calidad a los niños, adolescentes y jóvenes. Las actuales circunstancias sanitarias determinarán en gran parte el ritmo de este nuevo curso, una diferencia marcada ya desde la propia programación: distancia de seguridad, mascarilla, videollamadas en algunos casos, constantes desinfecciones de los espacios de trabajo… Un persistente esfuerzo por aplicar todas aquellas medidas y recomendaciones de las autoridades sanitarias para garantizar la salud de de todos.

 

Puesta a punto para la llegada de niños y jóvenes

‘Hemos dividido el centro en distintos espacios, clasificados por colores. Cada uno de ellos cuenta con baño propio. Vamos a trabajar en grupos burbuja reducidos para mantener la distancia interpersonal, eligiendo las aulas con mejor ventilación. Y por supuesto, todas aquellas medidas generales: entrada escalonada, toma de temperatura, desinfección de manos, mascarilla obligatoria… Todo lo que haga falta para poder garantizar el desarrollo de nuestras actividades y la seguridad de todos’, afirma Alba González, animadora del CJ Salesianos Alcalá.

 

 

Tal y como indica el lema de este nuevo curso, ‘Algo nuevo está brotando’, los jóvenes, tanto animadores como destinatarios, ansían el reencuentro que pronto tendrá lugar en sus centros juveniles de referencia. Los distintos equipos trabajan en reinventar sus dinámicas y actividades, con la voluntad de afrontar con calidad la peculiaridad de la situación: mantenerse cercanos aún en la distancia.

‘Lo importante es poder llegar al chaval. Había muchas ganas tras este período de pandemia en el que hemos tenido que interrumpir las actividades habituales. Aún así, la creatividad ha llevado a nuestros animadores a atenderles y cuidarles de mil formas. Esperamos que el nuevo curso nos permita desarrollar todas estas actividades que se han preparado con tanta dedicación’, indica Sergio Huerta, Director del Centro Juvenil Atocha.

Numerosos son los Centros Juveniles de la Inspectoría que ya han comenzado con todos los preparativos. Para otros será el turno en los próximos días. Todo ha de estar perfectamente preparado para la llegada de tantas voces que volverán a llenar de vida y alegría las Casas salesianas de la Inspectoría. ‘Será un año para recuperar la flexibilidad salesiana tan genuina en el oratorio de Don Bosco. Un año para la esperanza, para la ilusión y, sobre todo, para seguir cuidándonos y cuidando de los niños, adolescentes y jóvenes que Dios mismo pone en nuestras manos. Esta situación complicada se puede convertir en una auténtica oportunidad para ofrecer nuestra mejor versión, volviendo a lo fundamental, haciendo realidad la opción Valdocco de nuestro Capítulo General 28′, afirma Xabier Camino, Delegado de Pastoral Juvenil de Salesianos SSM y Coordinador inspectorial de Centros Juveniles.

#AlgoNuevoEstáBrotando

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