El lema del encuentro ha sido “La parroquia que soñamos”, idea a la cual los participantes se han aproximado desde la encíclica Christus Vivit. Esta carta recoge los planteamientos finales obtenidos del Sínodo de los Jóvenes celebrado el año pasado y plantea una reflexión acerca del papel de nuestros jóvenes tanto en la sociedad, como en la propia Iglesia.
Presenta a un joven no solo en edad, si no también en espíritu, deseoso de cambiar el mundo y con la fuerza para hacerlo. "Nosotros, como parroquias salesianas que somos, nos vemos especialmente reflejados en estas palabras, dado que esa Parroquia que Soñamos debe ser construida, sobre todo, desde los jóvenes, por los jóvenes y para los jóvenes".
Para acercar de la mejor manera posible a esta encíclica, se ha contado con la presencia de Miguel Ángel García Morcuende, director de Salesianos Santander, quien ha presentado las ideas principales de la misma, centrándose concretamente en el capítulo 5: Caminos de Juventud, que presenta una visión muy realista de la realidad de los jóvenes de hoy en día y su potencial interior. "Esto nos llevo posteriormente a plantearnos como podemos ayudarles a desarrollar ese potencial desde nuestras casas, desde una propuesta abierta y cercana de crecimiento y maduración, tanto personal como en fe".
El tiempo se completó con trabajo en pequeños grupos para poder tratar, de forma mucho más concreta: "esas ideas que nos gustaría que formaran parte de nuestras casas y como llevarlas a cabo", expresaban los participantes. En la puesta en común apareció la imagen de una parroquia abierta y cercana, que busca ser casa de todos, tanto de los que la forman actualmente, como de toda aquella persona que quiera acercarse hasta sus puertas. También se planteó la necesidad de una formación constante, no solo para los chavales, sino para todos, marcada con experiencias intensas de fe.
Y, para concluir el día, los participantes disfrutaron de una entrañable comida compartida en el hotel San Millán, después de la cual: "cada uno volvió a poner rumbo a casa, con, esperamos, ideas nuevas en la cabeza y fuerza en el corazón, para construir esa “parroquia que soñamos”.