Día 17 de febrero. Ocho de la mañana. “Comienzan los relojes a maquinar sus prisas…” Se inician las actividades, como cualquier día, pero pronto, un equipo de profes de diversas secciones se pone en movimiento para dibujar un círculo con “cuatro quesitos” en el centro del patio. quién la megafonía, quién los contenedores de colores, adornados con ojos y boca, quién las cámaras de fotos y de video, quién los folios y cartulinas de colores… Todo un trabajo cooperativo magnífico para conseguir el objetivo de esta actividad conjunta de todas las secciones del colegio. Este objetivo es “el cuidado de la casa común”, en la que vivimos.
“Nuestro colegio Salesianos Ciudad de los Muchachos, en sintonía con su genuina tradición “bosquiana”, al hilo de las reflexiones de aquella magnífica mujer con nombre de flor (Mamá Margarita), se ha puesto sus mejores galas: en defensa del cuidado de la naturaleza”, esta era la raíz de la motivación que Luis Manuel Moral, director de del centro, lanzaba a todos los alumnos y profesores desde la terraza. Allí, rodeado de alumnos de las diversas secciones que iban a intervenir, abría el acto.
Entre tanto, encerrados en el círculo, dividido en cuatro quesitos, se encontraban los cerca de 1400 alumnos, con sus maestros, formando “el globo terráqueo”, “la Casa Común, en cuyo cuidado nos queremos empeñar. Las fotos hablan por sí solas”, afirman desde el el Centro. Cada “quesito” o sector circular, estaba representado con cada uno de los colores correspondientes al “reciclado de basuras”,
Los alumnos representantes (desde “INFANTIL”, hasta “FP”, pasando por “EP” y “ESO”) leyeron con voz pausada y clara, el manifiesto que cada sección había preparado en representación del “color de reciclado” que les había tocado. Fue un acto breve, estilizado, ágil y expresivo… La emoción subía cuando cada sección, empezando por Infantil, levantaba sobre la cabeza su hoja del color, para subrayar el simbolismo del cuidado de la naturaleza. Los contenedores de reciclado, las patrullas de vigilancia, el respaldo de todos los educadores… hará el milagro de la buena formación de nuestros alumnos como “honrados ciudadanos y buenos cristianos”, que decía don Bosco.
Claro, que no ha sido una cosa puntual. Detrás ha habido un trabajo educativo de preparación en las aulas y en los Buenos Días… Este gesto, como cualquiera otro de este tipo, podría quedarse en “eso”, un gesto más, cargado de folclore, en la cadena de tantos gestos y actividades. Pero cuando se trabaja la interiorización y la reflexión, en medio de la movida diaria, esas semillas pueden encontrar el terreno bien abonado de la parábola…, que a su tiempo dará fruto.