Charo Martínez, Dama Salesiana, Premio Voluntariado 2019 de Guipúzcoa

9 diciembre 2019

“Ciento ochenta personas la pudimos acompañar. No cabían más”, afirma Jose Antonio Hernández, delegado inspectorial de Familia Salesiana. Entre los presentes, los Salesianos de Don Bosco de Errentería, el grupo de Damas Salesianas, Beni Testón, presidenta de las Damas Salesianas de España y el propio José Antonio.
 
La diputada de Políticas Sociales, Maite Peña, subrayó “toda una vida” de Charo en clave del voluntariado, especialmente en hacer visibles los serios problemas que tienen tantas mujeres.  Charo comenzó su voluntariado cuando todavía era adolescente. Ya entonces iba con sus amigas a echar una mano en el centro San Juan de Dios.
 
El Premio remarcó algunos aspectos que le hacen merecedora del mismo: 
 
Su enorme disponibilidad a todo tipo de voluntariados sociales. En esta larga trayectoria de más de 50 años, Charo ha acompañado a los enfermos de San Juan de Dios; a las presas de la cárcel de Martutene (con la asociación de mujeres Hegaldi); a las personas que tienen problemas con el juego similares (en Ekintza Dasalud, con el intenso apoyo de las Damas Salesianas y otras personas). 
 
Pero en estos últimos años, ha destacado su dedicación a Lagael (LAguntza, GArapen eta ELkartasuna – Apoyo, desarrollo y cooperación). Aquí Charo, junto con las Damas Salesianas y otras muchas personas, trabaja por la construcción de la autonomía de mujeres a través de su empoderamiento. Con ellas comparte espacio de reflexión, debate e intercambio, lo que le permite aprender de cada una, generando complicidades y vínculos entre ellas. Incluso van con frecuencia al priorato cisterciense de Cenarruza para poder encontrarse juntas en un espacio de tranquilidad haciendo más rico el intercambio.
 
Además, Charo no se ha conformado con ser una “simple” voluntaria. Siempre ha querido formarse, ponerse al día. Ha aprovechado la posibilidad que le dio Emakunde (Instituto Vasco de la Mujer) para formase en los aspectos que veía más necesarios para acompañar a tantas mujeres con adicciones, sufriendo violencia de género, pero también a mujeres en situación de desolación y otras circunstancias.
 
Por otra parte, siempre ha estado atenta, con su grupo, a pedir una formación lo más profunda posible en espiritualidad, salesianidad, ética, también la ética de los pequeños detalles, como sugería ella.
 
“Su ejemplo, sigue estimulando a la Familia Salesiana a que no olvidemos que nacimos para estar con los que más nos necesitan, ‘pobres y abandonados’ como decía Don Bosco. En el caso de Charo y todas las personas que trabajan con ella en equipo, con tantas mujeres pobres y abandonadas”, cierra el propio José Antonio y añade: “Charo es la primera mujer que recibe este galardón a título personal.  El premio lleva dos inscripciones: el logo de Lagael y el de las Damas Salesianas”.

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