La semana comenzaba, parecía complicada, volvíamos a juntarnos por fin 4 años después. Muchos miedos e incertidumbres nos inundaban sobre cómo iba a ir la semana.
Al llegar a Logroño nos encontramos con muchas caras nuevas, caras conocidas del año anterior y también de 4 años atrás. ¡Qué sorpresa! Una vez allí, después de comer, dejamos a los de segundo de bachiller en Logroño y llegamos a Somalo para comenzar Jovenes 1, descubriendo nuestro particular Nunca Jamás. ¡Repartimos los grupos y eran todos espectaculares! ¡Qué ilusión y que ganas de comenzar por fin todo!
Empezamos con unas breves presentaciones, era necesario, teníamos que recordar o conocer por fin a la gente nueva. Y como todas las tardes de esa semana tuvimos la primera celebración, cada tarde teníamos una, y las más especial yo creo fue la penitenciaria, todo el mundo tuvo un momento de reflexión consigo mismo para poder pedir perdón. ¡Esa noche fue un poco movida, la velada estuvo muy divertida! En realidad, todas las veladas lo fueron, así como el juego del ahorcado, la velada musical Disney, ¡el Somalo sweet chef…! ¡Todas las disfrutaron un montón!
Lo que también estuvo genial fue la excursión a las termas, fue muy reconfortante terminar la caminata y luego poder bañarnos en las termas y en el río.
Los momentos más bonitos, junto a los de grupos, lo formaban tanto la oración, como las buenas noches, todo aquello te dejaba un momento para poder reflexionar sobre muchas cosas, como el paracaídas de Goyo que tanto nos marcó a todos, o las buenas noches que hicieron y prepararon algunos chavales con esos polvos de hadas.
Los días fueron fluyendo, sin apenas darnos cuenta, compartiendo cada celebración, cada momento de grupos, de limpieza, las veladas, la excursión, cada momento de oración y buenas noches…Cuando nos dimos cuenta estábamos en la última oración atravesando por fin esa ventana para llegar al país de Nunca Jamás, todo esto estaba a punto de terminar…
Finalmente la última mañana nos tocó pegarle un buen meneo a la casa, éramos el último grupo que pasábamos por ahí ese verano, con nosotros se cerraban los campas. Después de eso llego el momento que tanto les gusta, escribir en los platos, llenar de palabras bonitas los platos de otras personas entre alegría por haberse encontrado y tristeza por tener que despedirse…
Cabe decir, que desde el minuto uno, los chavales entraron en el grupo y se abrieron en canal con los monitores, hablando de temas sociales, de miedos, de pensamientos alegres, de su vida… cosa que hemos agradecido durante toda la semana, porque nos lo han puesto todo muy fácil. Es un grupo muy bueno, lo eran por separado, ¡pero es que ahora todos juntos son mucho mejor! Ha sido una semana intensa y bonita que ha recargado la batería, la ilusión y las ganas de todos aquellos que hemos pasado por allí. Nos seguiremos encontrando en la segunda estrella a la derecha, todo recto hasta el amanecer…
