Vivía hace algunos años en la casa de salud de Salesianos Domingo Savio-D. Zatti. En los últimos meses se había debilitado bastante.
La comunidad salesiana y su familia sentimos su muerte y creemos en lo que Jesús proclama en el envagelio: “Yo soy la resurrección y la vida. Quien cree en mi, aunque haya muerto morirá”. (Jn. 11, 25).
Damos gracias a Dios por la vida y vocación salesiana de nuestro hermano José y le pedimos que lo acoge en su Reino.