Salesianos Pizarrales, primer Centro hacia una Salamanca Circular

11 marzo 2019

Alfredo de Miguel, portavoz del Comité Ejecutivo de la Cámara de Comercio de Salamanca, inició la semana pasada, en el colegio Salesiano de Pizarrales, ante los alumnos de los ciclos de Grado Superior de Formación Profesional la concienciación en torno al concepto de Salamanca Ciudad Circular.


¿Y qué significa el concepto de Ciudad Circular? Pues para Alfredo de Miguel la respuesta es sencilla y la describe con absoluta pasión: “Salamanca Circular es un proyecto basado en la Economía Circular, concepto económico que se interrelaciona con la sostenibilidad, que va más allá del concepto de reciclaje,  ya obsoleto,  pues se trata en definitiva de rediseñar el sistema de principio a fin teniendo como objetivo el que el valor de los productos, los materiales y los recursos (agua, energía,…) se mantenga en la economía durante el mayor tiempo posible, eliminando, en definitiva el concepto  de residuos”.

Esta idea apoyada por la Cámara de Comercio pretende concienciar primero y lograr después que “nuestra Salamanca con sus 160.000 habitantes se convierta en la segunda ciudad europea en ser plenamente circular, tras la ciudad de Peterborough en Inglaterra que  tiene 180.000 habitantes aspirando a cerrar definitivamente el círculo y a funcionar como un auténtico organismo vivo,  eliminando el concepto de residuo, aprovechando al máximo los recursos y viviendo dentro de los límites del planeta”.

Para llevar a cabo este ambicioso proyecto, será necesaria, naturalmente,  la implicación de todas las instituciones tanto salmantinas como autonómicas y nacionales. “De hecho, por nuestra parte,  ya hemos establecido un contacto inicial  con la Fundación Elen Macartur, que apadrina y tutela el concepto de economía circular en todo el planeta, así como con el Circular Economy Club de Londres, hoy por hoy,  la mayor red de economía circular del mundo” ha explicado Alfredo de Miguel.


Por último, los alumnos han podido comprobar la motivación que ha llevado a este empresario a involucrarse activamente en este gran logro para Salamanca, testimonio basado en tres premisas: la necesidad de hacer algo y con urgencia  para detener el cambio climático, la natural necesidad de dejar a las siguientes generaciones un entorno, si no mejor,  al menos igual que el que nos dejaron nuestros padres y, por último, lograr conseguir estos cambios concienciando a las personas que tienen que hacerlos,  es decir  a los jóvenes, lamentablemente saturados de un cierto tipo de mensajes catastrofistas que aburren hasta la saciedad y que no son capaces de trasmitirles  con eficacia,  la verdadera dimensión del problema ni las soluciones posibles.

Ojalá todo este concepto llegue a buen término, algo que lograría según los cálculos de la Cámara de Comercio unos 500 puestos de trabajo en sus primeras fases sin que pueda definirse el cómputo final “puesto que la generación de valor hoy por hoy sería incalculable”.

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