En el inicio de Curso, hemos dedicado un tiempo a la celebración de la Palabra asomándonos al lema de nuestra Campaña Inspectorial de la acción educativo-pastoral: TU MISIÓN. ¡EN MARCHA!
El trigo, la cebada, el sésamo, el maíz, la soja, la chía, las habitas, los guisantes y el mijo nos han ayudado a sentirnos sembradores portadores de buena semilla, como gente de esperanza, de acompañamiento, capaz de preparar el terreno, plantar, regar, limpiar la maleza, eliminar bichos… siempre convencidos de que la semilla es buena.
Internet nos ayudó a conocer mejor la semilla de cada uno como portadora de “salud” (salvación que decimos en pastoral), de energía, de alivio de dolores, de crecimiento, de relajación ante el estrés, o de todo eso que queremos ofrecer a nuestros chavales.
Y es que, en su pequeñez, cada semilla lleva dentro vida, una planta diferente, unos frutos que quizás no cosechemos. Es seguro que alguien cosechará si la cuidamos y respetamos su ritmo de crecimiento.
No en vano también ALGUIEN acotaba nuestra misión: “si el grano no muere…”, “la tierra hace su trabajo día y noche”… Ni Pablo, ni Apolo, “el importante es Dios” .
¡Ah! Una invitación final: sembrar alguna de las semillas de nuestra caja. A lo largo del curso nos recordara “nuestra misión”. ¡En marcha! Aurrera!
