El funeral de cuerpo presente tuvo lugar el domingo 5 de agosto a las 5 de la tarde en la casa salesiana de Arévalo.
La comunidad salesiana y su familia sentimos su muerte y creemos en lo que Jesús proclama en el Evangelio: “Yo soy la resurrección y la vida. Quien cree en mi, aunque haya muerto vivirá” (Jn 11, 25)
Damos gracias a Dios por la vida y la vocación salesiana de Félix y le pedimos que lo acoja en su Reino.