Hay tradiciones que nos gustan mucho, y esta es una de ellas. El viaje del Centro Juvenil se ha convertido en una cita que ya no nos puede faltar año sí año también. No es solo porque tengamos la oportunidad de recorrer España, sino porque son experiencias que nos quedan como recuerdos muy bonitos y emotivos. Y lo mejor, que cada viaje es realmente único. Así fue en Salamanca y Ávila, en Burgos, Bilbao y San Sebastián, y ahora lo hemos vivido en Córdoba y Puertollano.
Salimos el viernes, tras una de esas “fotos” que tanto nos gusta, la de ver las escaleras de la puerta principal del cole llenas de mochilas, niños despidiéndose, familias emocionadas, animadores de un lado para otro… así, nos montamos en los autobuses dispuestos a disfrutar de un gran fin de semana. El viaje se hizo algo largo, pero con las paradas para picar algo, los juegos en el autobús, las canciones y todo lo que se nos iba ocurriendo, antes de darnos cuenta estábamos entrando por la puerta del Colegio Salesiano de Córdoba, nuestra casa para los siguientes días. Tras la cena, nos instalamos en las diferentes zonas en las que íbamos a vivir, y salimos a jugar a los patios del colegio un buen rato.
El sábado sería el día más ajetreado, pero la verdad es que valió la pena. Nos pusimos en marcha rápidamente para ir las tres secciones a ver la Mezquita-Catedral de Córdoba. Tras un paseíto, pudimos disfrutar del interior y de los jardines de esta obra arquitectónica tan importante, que refleja la importancia histórica de la ciudad. Con ayuda de nuestros particulares guías, conocimos todo sobre la Mezquita. Tras esto, nos esperaban más aventuras: la ciudad de los niños y el zoo.
La ciudad de los niños hizo disfrutar a nuestros más peques de Chiqui, en un gigantesco parque con columpios gigantes, toboganes, juegos y todo tipo de aparatos para pasar una mañana muy entretenida. Entretanto, los Preas y Ados descubrimos los encantos de los animales más curiosos que se hallaban en el zoo: jaguares, lobos, águilas, tortugas, flamencos, leones… Una gran mañana, tras la que nos juntamos todas las secciones para comer juntos.
Después de comer, tocaba invertir los papeles. Chiqui disfrutó del zoo y se incorporó más tarde a la gymkana por la ciudad, mientras que Preas y Ados marcharon al casco histórico de Córdoba para conocer sus lugares más emblemáticos. Las gymkanas son un clásico para conocer ciudades, y así, realizando diferentes pruebas y fotografías, pudimos contemplar el templo romano, el puente, la torre de la Calahorra, los patios de San Basilio, la calleja de las flores, el alcázar…
Al volver de la gymkana, y hasta el final del sábado, fue un rato de actividades variadas para todas las secciones. En Chiqui tuvimos un interesante trivial con preguntas y pruebas sobre la ciudad, mientras que en Preas reflexionamos sobre la personalidad de cada uno y también jugamos a “Hundir la flota”, donde no faltaron las risas. En Ados también tuvimos momento formativo, sobre los orígenes de cada uno y los proyectos de vida, además de jugar a un juego que nunca defrauda como es el mensajero.
El domingo por la mañana tocó recogida. Nos levantamos temprano, nos hicimos la foto de rigor bajo el cartel de María Auxiliadora, agradecimos a la gente de Córdoba y pusimos rumbo a Puertollano. Tras un rato de viaje, llegamos a este otro colegio salesiano, donde Manolo, nuestro anterior salesiano del Centro Juvenil nos acogió. Fue un gran reencuentro. En Puertollano celebramos la Eucaristía para agradecer todo lo vivido, además de disfrutar de un rato de juegos y deportes muy entretenido y de una gran comida en las instalaciones del Centro Juvenil de allí. Todo ello antes de poner rumbo a Madrid y dar por concluido este viaje.
Una vez más, hemos disfrutado mucho de lo que significa poder estar todos juntos realizando actividades o conociendo otros lugares. El viaje del Centro Juvenil ya es algo que no nos puede faltar, y así lo demuestran las caras de alegría de los más de 100 “locos” que hemos formado parte de esta aventura. Niños, jóvenes, animadores, equipo de intendencia, salesianos… todos venimos con la sensación de que todo esto vale la pena. Y también, por qué no decirlo, ya estamos contando las horas para saber cuál será nuestro próximo destino. Más momentos del viaje desde ESTE ENLACE.