La nota característica de la jornada fue el alto nivel de participación de los miembros de los grupos. En encuentro cocinado a fuego lento desde el pasado mes de noviembre ha permitido que cada uno de los grupos pudiera desarrollar a lo largo de toda la jornada las tareas repartidas dando vida de un modo sencillo al sueño de Don Bosco: jóvenes protagonistas, evangelizadores de los jóvenes.

Más de 170 personas (de todas las casas en las que hai grupos de catecumenado), según conta en las acreditaciones entregadas mientras se degustaba una maravillosa acogida: fotos, chocolate caliente, fruta, ropero… en un marco de cine. El grupo de II Catecumenado hizo de guionista y presentador de toda la jornada. 

El director de la Obra y el Delegado Diocesano de Pastoral Juvenil dieron la bienvenida al evento subrayando la importancia y el valor del mismo para la casa, para la diócesis y sobre todo para la vida de quienes participaban en él, invitando a aprovechar al máximo todas las propuestas.

La médica de familia Ana Prejigueiro tuvo la ponencia inaugural sobre del Congreso que, acompañada del ilustrador Juan Iglesias, visibilizó la importancia del cuidado y equilibrio de la salud física, psicológica, social y espiritual. Los seminarios de trabajo que siguieron a la charla permitieron distintos niveles de concreción en cada una de ellas. Los grupos de Catecumenado I facilitaron la presentación y desarrollo de los seminarios.

Una gran presencia de TIC facilitaron el volcado y la visibilización de las conclusiones y valoraciones personales y de grupo en los distintos seminarios que llevaron al flashmob que clausuró el trabajo de la mañana.

La comida y posterior sobremesa en las instalaciones de Salesianos-Vigo María Auxiliadora favorecieron la interacción entre todos los participantes y la creación de espacios espontáneos de fiesta, animación y vitalidad juvenil.

La tarde estuvo dedicada a una redonda muy especial, una celebración de la eucaristía -moderada por Xabier Blanco, coordinador de Catecumenado- en varios tiempos para facilitar la degustación de cada una de las partes de la misma, cambiando de espacios: los ritos iniciales y el acto penitencial en el pabellón, la liturgia de la Palabra en grupos pequeños en una parte d ela iglesia y la liturgi de la Eucaristía entorno al altar.

El brindis final, sirvió de agradecimiento a los anfitriones porque era compromiso de vivir con salud al estilo de Jesús. ¡Eres lo que comes!

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