Día de fiesta en el Colegio Salesiano Ciudad de los Muchachos. Después de una tarde en la que alrededor de un centenar de niños y jóvenes celebraban la fiesta de Don Bosco con el patio lleno de juegos y actividades, la alegría no cesó, ante la importancia de lo que venía a continuación.

Fue el día en el que cinco seglares muy comprometidos con la labor educativa de la obra, Raúl, Adolfo, Alejandro, Jorge y Rubén, todos ellos profesores, realizaron la Promesa que les convierte en Salesianos Cooperadores. Un acto, como pudimos comprobar los allí presentes, cargado de emoción, pero también de responsabilidad ante el reto que se les presenta.

El Inspector Juan Carlos Pérez Godoy fue el encargado de celebrar la Eucaristía junto a las familias de los aspirantes y a todos los miembros de los diferentes ambientes del colegio que allí se encontraban. “Estamos celebrando una gran fiesta, no todos los días se tiene la oportunidad de acompañar a cinco hermanos en su promesa de Cooperadores”, aseguró. Tras los bonitos discursos de presentación, llevados a cabo por los Salesianos Cooperadores que realizaron su promesa hace cuatro años, el testigo fue recogido por Juan Carlos para hacer hincapié en varias ideas. Las lecturas escogidas por los aspirantes, todas ellas muy significativas, sirvieron para que el mensaje fundamental quedara claro en la homilía. 

En la primera lectura, del libro de Isaías, se hablaba del profundo gozo y alegría que Dios nos da, cuando nos cubre con ese manto de salvación. El Inspector destacó la importancia no solo de la vocación originaria, el Bautismo, sino del proceso de discernimiento que les ha llevado durante estos cinco años de preparación a descubrir el gozo producido por la vocación salesiana. “Estamos celebrando que Dios quiere tanto a su pueblo que sigue llamando a hombres y mujeres, a personas, para construir su reino y hacer que llegue la salvación al mundo entero. Les ha llamado a formar parte de la sociedad de Salesianos Cooperadores, que forma parte de la familia salesiana”, recordó Juan Carlos Pérez Godoy. 

La segunda lectura, del libro de los Hechos de los Apóstoles, puso de manifiesto la dimensión comunitaria de la vocación. “Como familia salesiana, debemos trabajar por la fraternidad universal, empezando por el testimonio de nuestra propia comunidad”. Por último, con el Evangelio de Lucas (Emaús), el Inspector explicó lo que supone la vocación salesiana a partir de este día para los nuevos Salesianos Cooperadores. “La vocación salesiana no llama únicamente a estar con Jesús y vivir la fraternidad desde la comodidad. La misión encomendada a la orden salesiana es acompañar a los jóvenes al encuentro con Jesús. No hay que acompañar de cualquier manera. Hay que acercarse a los jóvenes, dar el primer paso, escuchar sus necesidades, intereses, dificultades, sueños, proyectos… Abrir el corazón para recoger los anhelos de esos jóvenes, de los jóvenes de hoy”.  Y prosiguió con la idea fundamental, la que deben guardar como un tesoro (como incidió más adelante el encargado de los Salesianos Cooperadores en España, Raúl Fernández Abad), “el secreto de lo que Jesús le ofrece a esos dos discípulos para que logren la felicidad plena es la Palabra de Dios. Descubrir al señor para encontrar la verdadera alegría, eso es lo que deben proponerse los Salesianos Cooperadores hacer con los jóvenes”, recordó. 

El acto finalizó con la realización de las Promesas y la renovación de las mismas por parte de los que ya eran Salesianos Cooperadores. Una tarde muy emotiva que sin ninguna duda no olvidarán, ya que es un paso muy importante en sus vidas. Después de años de preparación, con el ejemplo de la Comunidad de Salesianos Cooperadores como modelo, y con la presencia allí mismo del Coordinador Provincial (Rafael Moreno) es el momento de seguir llevando a cabo una de las últimas frases que resonaban por el teatro de Ciudad de los Muchachos: “Que cada día sea una excusa para dejar que Dios actúe dentro de nosotros”. 

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