"El pasado jueves nos levantamos con la peor de las noticias posibles. Una alumna de nuestro Centro, L. A., murió violentamente la noche anterior. Es difícil comenzar nuevamente y recuperarse de una noticia así. De hecho, en realidad no queremos una normalidad en la que L. A. ya no esté con nosotros".
Así comenzaba el comunicado leído ayer en el patio del Colegio Salesianos Estrecho (Madrid), durante el homenaje a la alumna del centro fallecida violentamente la pasada semana. Los hechos ocurrieron en la tarde del 1 de noviembre, y la investigación para esclarecer lo ocurrido todavía continúa abierta.
En la mañana de ayer, la comunidad educativa del centro, todavía consternada por la muerte de L. A. manifestó su rechazo enérgico a este terrible suceso: "Nos juntamos para decir bien alto que nosotros no creemos en ningún tipo de violencia; ni física, ni verbal, ni silenciosa… Ningún tipo de violencia. Nosotros somos los de la otra mejilla, los de perdonar hasta setenta veces siete, los que solo tienen un mandamiento: amar al otro como a uno mismo".
En el comunicado leído en el patio, también se puso de manifiesto la esperanza cristiana de la comunidad educativa: "Y aun sin comprender el sentido de la muerte de Lisvette, rezamos con la esperanza de que Dios acompañará a su familia en su dolor, de que la muerte no es el final sino el principio de la resurrección".
Tras encomendarse a María Auxiliadora, los presentes guardaron un minuto de silencio en memoria de L.A. y en repulsa a la violencia.