Un día para dar gracias en La Pagoda

23 octubre 2017

Madurados de todas formas: con manzanas, con whisqui, a la intemperie… Alguno se está convirtiendo en master chef a pasos agigantados.

 Sí es cierto que, en muchos lugares que conocemos, hemos celebrado todo lo bueno que recibimos. Como si haber recordado, al entrañable patrón de la ecología, nos hiciera más conscientes de la naturaleza; más conscientes de que los bienes y frutos de la tierra tienen un aire de “amigos” nuestros. Más insustituibles, incluso, que ese mamífero fiel que calificamos tradicionalmente como “amigo del hombre” y por el que también damos gracias.

En la “Pagoda” un espíritu atento nos ha hecho recordar que es de bien nacido ser agradecido. Por eso se han hecho visibles hortalizas y frutos de la tierra. Y este “gracias” se ha hecho palpable en el altar, donde tantas veces florecen espigas y racimos.

A veces el “gracias” no se queda en las cosas, en los alimentos, en una celebración de un día, sino que llega al corazón. Eso os deseamos a todos, amigos y compañeros de camino.

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