“Si él sí ¿por qué yo no?”

6 mayo 2017

Queridos jóvenes:

Imagino que compartiréis conmigo la alegría de tener entre los santos de la Familia Salesiana a Santo Domingo Savio. Acercarse a su vida es acercarse a un hermoso retazo de la historia salesiana, a un fruto apetitoso del sistema educativo salesiano, a un sugerente estímulo para vivir la espiritualidad juvenil salesiana encarnada en este joven que se dejó guiar y acompañar por Don Bosco. Reconozco que quizás los salesianos no siempre hemos sabido presentaros su figura, incluso, en ocasiones, hayamos podido traicionarla.

Domingo Savio es un tesoro para toda la Familia Salesiana y para la Iglesia. Pero lo es de manera particular para vosotros, jóvenes. Hoy como ayer, bien podemos decir con Cagliero, que compartió con él la vida del Oratorio de Valdocco: “Domingo Savio fue un regalo de Dios para el Oratorio”.

Acércate con el cariño que has aprendido a tener a Domingo Savio en tu Casa Salesiana. Acércate libre de prejuicios, con una mente y un corazón abiertos a descubrir la original riqueza de su figura. Aprenderás lecciones importantes sobre la santidad, que no está reñida con la alegría y es tan fácil como cumplir con el deber; comprenderás la importancia de la amistad para ser santo y ser feliz y descubrirás que el servicio a los demás es una bonita manera de vivir la caridad.

Recuerda las palabras de Don Bosco al dar algunas razones que le han llevado a escribir la biografía de Domingo: “Aprovechad las enseñanzas que encontréis en esta vida de vuestro amigo, y repetid en vuestro corazón lo que San Agustín decía de sí: Si él sí ¿por qué yo no? Si un compañero mío, de mi misma edad, en el mismo colegio, expuesto a semejantes y quizás mayores peligros que yo, supo ser fiel discípulo de Cristo, ¿por qué no podré yo conseguir otro tanto?”.

Vuestro amigo, que reza por vosotros y os anima a conocer e imitar a Domingo Savio. Confío también en vuestras oraciones.


Juan Carlos Pérez Godoy SDB
Inspector SSM

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