En memoria de D. Demetrio Franco Franco

25 octubre 2016

El sacerdote diocesano D. Demetrio Franco Franco falleció el pasado martes 11 de octubre en Salamanca, a los 63 años de edad. Su funeral se celebró al día siguiente en su localidad natal, Paradinas de San Juan.

Antes de ser sacerdote diocesano Demetrio fue religioso salesiano. Tuvo su primer contacto con la congregación en el año 1964, en la Casa Salesiana del Seminario menor de coadjutores de Carabanchel-Madrid. Después continuaría sus estudios de Bachillerato en el Seminario menor de los Salesianos de Arévalo (Ávila), donde transcurrió el prenoviciado. En 1977 hizo su profesión perpetua en Salamanca donde cursó sus estudios de Teología (1976-1979) y donde recibió los ministerios de lectorado, acolitado y diaconado. Recibió el orden sacerdotal el 22 de junio de 1980 en su localidad natal de manos de Mons. Mauro Rubio. Cursó sus estudios de Espiritualidad Salesiana en la Universidad Pontificia Salesiana de Roma (1990-1992).

Fue coordinador de Pastoral de post-novicios en Pozuelo de Alarcón y en Carabanchel Alto (Madrid), y asistente de novicios en Mohernando (Guadalajara) donde después dirigió la Casa noviciado y ejerció como profesor de Teología. También dirgió la Residencia Miguel Rúa de Carabanchel Alto y el Colegio de Béjar (Salamanca). Fue secretario provincial y director de la Casa inspectorial de Madrid (1996-2002) y párroco en Guadalajara (2002-2003).

En el año 2005 se incardinó en la diócesis de Salamanca, desempeñando su ministerio en Villaseco de los Reyes, Monleras, Almendra, El Manzano, Sardón de los Frailes, Gejo de los Reyes, Berganciano, El Groo, Manceras, Puertas, Cerezal de Puertas, Tordillos, Coca de Alba, Nava de Sotrobal y Peñaranda de Bracamonte. También fue confesor ordinario de las Hermanas Clarisas de Cantalapiedra.

"Demetrio tuvo un mucho de Salesiano y otro tanto de presbítero diocesano"

En el mismo número de la revista Comunidad, Rodolfo Pérez, de ADSIS, escribe:

"Acertadamente se dijo que "las raíces de nuestro hoy se encuentran en el ayer", en la familia, en la educación y formación recibidas en los diversos ámbitos por donde transcurrió su vida. Por eso precisamente a Demetrio, ya entrado en los cincuenta, le hemos podido ver robusto de salud para afrontar con entereza su ministerio por pueblos de Salamanca; por eso y por su buen hacer como pastor, se fue haciendo querer entre las gentes sencillas de los lugares por donde va pasando.

Vivió, bien ceñido para ello, de su celo pastoral, su simpatía y sus cualidades musicales, tres cualidades que hunden sus raíces más profundas en sus primeros años en una familia de sólidas costumbres humanas y cristianas, y en los años de vida en los Salesianos. Es así cómo sus raíces sólidas y profundas de ayer se van robusteciendo con el ejercicio ministerial, hasta dar el fruto correspondiente.

Querido y apreciado no solo por las personas que se benefician de su buen hacer como pastor, sino también por Dios Padre, como a su Hijo, que para llegar al triunfo de la Resurrección tuvo que pasar por la prueba de la cruz. Demetrio es visitado por la prueba de la enfermedad en los últimos años de su vida entre nosotros. Deseamos y esperamos que Dios Padre le premie generosamente por el testimonio que nos deja".

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