“El voluntariado no es un viaje, es una forma de afrontar la vida”

14 octubre 2016

Este encuentro de Voluntariado-Animación Misionera da continuidad a los que ya tuvieron lugar en fines de semanas anteriores en  León y Logroño.

Comenzamos el día con una oración que nos ayudase, aún más a tener a Dios presente en toda la jornada y a hacerlo el centro del encuentro.

La primera parte de la mañana la dedicamos a revisar la Programación Inspectorial de este año, calendario y, sobre todo, objetivos. Paco Santos, nuestro nuevo responsable de Animación Misionera nos estuvo informando sobre los próximos encuentros para seguir compartiendo experiencias y reflexionando sobre valores como la solidaridad, los derechos humanos, el papel del Voluntariado o el trabajo de los Salesianos me los países en vías de desarrollo. Para el que esté interesado, podéis ir anotando el 10 y 11 de diciembre en Valladolid y el 24-25 de junio. Además nos presentó los objetivos de este año: formarnos en clave humana y cristiana para proyectar la vida con una dimensión solidaria mundial; hacer una experiencia de comunidad con quienes nos acogen; entender las desigualdades y la realidad plural del mundo en que vivimos; colaborar con los proyectos y saber implicarnos con la realidad de allí para ser motores de cambio al regresar a España.

Además nos dejó algunas reflexiones para que todos podamos ser siempre voluntarios: “el voluntariado no es una experiencia ni un viaje, sino una forma de vivir y afrontar la vida.” Un voluntario “es”, allí y aquí, más allá de un tiempo determinado, porque es el compromiso que llevamos todos con una realidad que nos supera, presente en este mundo y a la que todos debemos responder, estemos donde estemos.

Se presentaron también los trabajos de la nueva estructura de la Procura de Misiones y la ONGD Jóvenes y Desarrollo, que busca una mayor eficiencia, aunando esfuerzos y potenciando los objetivos que ambas instituciones, así como la otras ONGs Salesianas, comparten: transformar el futuro desde la educación trabajando por los jóvenes.

Camino Rivero estuvo explicando las actividades que se desarrollan en algunos centros locales, como las cestas de Navidad de Comercio Justo (que todo el que esté interesado puede pedir en la sede de JyD de León), la participación de los voluntarios en las plataformas locales y en distintos ambientes salesianos y no salesianos, que permiten ofrecer nuestras vivencias como voluntarios y como día a día hacemos realidad nuestra salesianidad a la sociedad en la que nos encontramos. Estos fueron algunos ejemplos que además buscaban motivar la creación de nuevos grupos locales de voluntarios. Respondieron desde Puertollano (Luzma) y Aranjuez explicando algunas de sus iniciativas.

Posteriormente, Juan Linares, salesiano procedente de República Dominicana y nuevo director de Jóvenes y Desarrollo, estuvo explicado el proceso de unión que se está haciendo entre la Procura de Misiones y JyD. Subrayó la importancia de tener estructuras inclusivas, en un mundo globalizado y la necesidad de ¡pensar en grande! Seguir a Don Bosco pensando en cambiar nuestra sociedad y en grandes proyectos que lleguen a todos. Explicó también la importancia de la incidencia política para cambiar las cosas, de crear obras que superen a las personas y que permitan el desarrollo sostenible, más allá de nuestras obras, contando con la capacidad de todos.

Paloma Montero explicó las iniciativas que JyD tiene en marcha en Educación para el Desarrollo. Y Azucena Monge, como responsable de voluntariado de JyD insistió en la importancia de la formación y del compromiso para poder hacer una buena experiencia. Además, nos dejó una buena definición del voluntariado, como parte de la justicia social y muestra de solidaridad.

La tarde de la Jornada la dedicamos a la exposición de experiencias de los voluntarios de este último verano.

Comenzó Encarna (Alcalá) que ha estado este verano en Freetown (Sierra Leona). Allí estuvo trabajando en “Don Bosco Fambul” (familia), en el proyecto REHA,  de niños de la calle y también en el que tienen con niñas víctimas del abuso y la violencia física. Mos dejó un impresionante testimonio de esas experiencias y de forma muy especial, de su visita a la prisión “Pademba”, con unas duras imágenes de las situaciones en las que allí se encuentran los jóvenes, pero también con la esperanza de todos por buscar otras alternativas. Además de su experiencia en la ciudad, nos mostró unas preciosas pinturas de un “Jesús africano”, que ayudan a acercar la religión a las distintas culturas. En este caso, a al color y a la fuerza de África.

Carmen nos contó la experiencia que vivió junto a Etéreo en Calca (Perú). Pasaron su experiencia en un internado rural con niños de entre 12 y 17 años, alumnos de instituto y FP que buscaban su desarrollo profesional lejos de sus hogares. En muchos casos además eran víctimas de violencia doméstica y arrastraban unas historias terribles que superaban en el internado con el apoyo de los voluntarios y los trabajadores del centro que les cuidaban como auténticos padres, acompañándoles en el día a día. Carmen señaló como fue una experiencia gratificante, que querría repetir.

Desde Ebolowa (Camerún) Alba (Atocha) nos trajo telas, ropa, caramelos y hasta un bolso hecho con bolsa de arroz. Nos relató su vivencia en comunidad como “una experiencia increíble”. Allí ha colaborado durante varios meses en el Instituto Técnico y en el Centro Juvenil. Nos contaba su experiencia en el Centro con los jóvenes de Ebolowa, disfrutando del deporte, de la música y de los distintos talleres y actividades, como hacemos en otras partes del mundo. Nos habló de sus desfiles y de la maravillosa convivencia que, priorizando lo que nos une, compartían los adolescentes de distintas religiones. Además Alba apoyaba a los jóvenes de entre 12 y 24 años del internado de esa obra. Estaban allí internos para poder estudiar, si vivían lejos de la ciudad o venían de otros países. Nos contó también sus visitas a la prisión y los torneos con los menores.

De México nos llegaron dos experiencias, además de la de Paco Santos, que estuvo allí este verano acompañando a los voluntarios, conociendo las obras Salesianas y colaborando en cada casa. Marta, desde su experiencia en Tijuana, nos subrayó la importancia de la educación en valores. Durante su tiempo allí colaboraba con el  “desayunador”, un albergue social que daba comidas y apoyo a los que se quedan allí atrapados intentando cruzan la frontera. Nos contaba casos desoladores, de personas sin destino que encuentran su familia allí, en el desayunador y con la gente que está allí cada día y que hace de eso su casa. Allí se ve de primera mano la brecha con  EEUU, el sueño imposible, al que todos quieren acceder y los problemas de la población inmigrante, las expulsiones y la crudeza de esas realidades.

También en México, esta vez en Huatabampo, Almudena Casado (Atocha) nos contó el problema de los jóvenes con los que estuvo trabajando el año antepasado. Niños que han sufrido los problemas de alcoholismo de sus padres, reflejados en su propio maltrato, que produce maltrato, embarazos precoces, gente muy joven, con los problemas de jóvenes pero además con niños a su cargo. Estuvieron basados en el Centro Don Bosco, un oratorio creado hace años por Cooperadoras Salesianas, que hoy ya son abuelas. Se sigue apoyando a los jóvenes de la zona, dando clases, organizando un campamento urbano de verano “vacaciones distintas”, entre otras actividades. Por su gran labor, la gente del barrio valora mucho el centro y apoyó durante toda la estancia a los voluntarios. Entre las actividades que realizaban estaban las reuniones con temas como la educación en valores. Además tenían las “Porras”, lo que en nuestros campamentos son los “gritos”, momentos de oración, talleres, deportes y juegos. Esa experiencia también ha sido una semilla para que otros puedan seguir con esa labor, a través de la formación a animadores.
Uno de sus lemas: “Compartir, Amar y vivir”. No debemos pensar sólo en “dedicar” tiempo a los demás, sino compartir nuestro tiempo con todos, porque nos dan mucho y se vive y se aprende mucho.

Los “5 mosqueteros de Aranjuez” nos contaron su experiencia en Guatemala, en Peten, una obra con la que ya, podemos decir que los salesianos de Aranjuez están hermanados. En una zona peligrosa, como San Benito, los salesianos han puesto en marcha una presencia importante que atiende a los barrios y aldeas de la zona. Desde la llegada de los Salesianos a Peten, ya han conseguido construir una auténtica “parroquia Salesiana”, con grupos de fe, animación misionera, oratorio y grupos de ADMAS, los SSCC y  parejas jóvenes. Nos relataron su vida en comunidad, como una experiencia que ayuda a sentir familia. Dejaron el testimonio de los  jóvenes de Guatemala, que quieren un futuro mejor.

La jornada la cerró Monseñor Mario Fiandri, del Vicariato Apostolico de Petén (Guatemala), que nos dio las buenas tardes. Nos explicó lo que supone estar en una tierra de misión, sin sostenibilidad ni de religiosos (por tener pocos recursos humanos, pocos curas con los que trabajar), ni económica. A esto se une la realidad de una zona especial, uno de los pulmones de América –y de la tierra-, que se va perdiendo a causa de las plantaciones de palma de aceite, que están desertificando la selva de Peten. Las dificultades tocan también a las personas, en una sociedad donde la familia no existe y hay más divorcios que bodas y más niños fuera del matrimonio que dentro. Además, como pasa en otros países de Centroamérica, la sociedad de Peten sufre el desgarro de las maras, las organizaciones criminales que llevan la violencia a las calles y que atrapan en sus garras a muchos jóvenes robándoles sus oportunidades de futuro.

Hay una receta esencial para esto, la que nos enseñó Don Bosco hace ya 200 años: la EDUCACIÓN. Ese es el leitmotiv de todas estas experiencias y nuestra mejor herramienta para cambiar el mundo porque “educar hoy es ayudar para siempre”.

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