He tenido la suerte de conocer a personas de las 5 casas salesianas que hay en Cuba, y con todas ellas me he sentido como si estuviese con mi familia y amigos. He visitado tres de esas casas y son lugares de encuentro, de juego, de fe y religiosidad y un pequeño refugio para familias enteras, mayores que buscan con quien hablar y jóvenes que necesitan a alguien que les guíe, y donde siempre encuentran a Salesianos dispuestos a escuchar y ayudar a todos ellos.
Es fantástico ver como jóvenes de 13 a 30 años se vuelcan en organizar talleres y participar como animadores de forma altruista para los más pequeños y como los padres salesianos y los vocacionales saltan, cantan y animan con obras de teatro y dinámicas. Con una simple canción, un juego, una manualidad o un deporte divierten a los muchos niños que durante 15 días participan en el verano educativo.
La convivencia de Adolescentes fueron 4 días de risas y reencuentros de chicos y chicas de 12 a 15 años de las casas de Camagüey y Santiago y de la Comunidad de Hermanas Salesianas de Manzanillo, pero sobre todo tiempo de reflexión, aprendizaje y oración. La actividad más emotiva fue la oración del viernes cuando mediante una teatralización se representó la historia de María Magdalena y a continuación se ataron las manos de los presentes, que eran desatadas tras confesarse y ser bendecidos. Todo ello en silencio y casi a oscuras, creándose una atmósfera de diálogo con uno mismo y con Dios.
Durante una semana Santiago de Cuba fue la anfitriona de los juegos Nacionales recibiendo a 72 atletas que compitieron en Futbol Sala, Voleibol, Kikimbol y atletismo pero sobretodo compartimos canciones, bailes, risas y lágrimas en la despedida.
Enmanuel, Lorenzo, José, Maikel y Elieski son los vocacionales con los que he vivido en la casa, cinco jóvenes con un corazón repleto de amor y bondad que han sentido la llamada de Dios y han decidido dedicarle su vida, cinco jóvenes que me han hecho sentir como en mi propia casa y a los que quiero como si fueran mis hermanos.
He disfrutado de esta experiencia con otros voluntarios Ruth de Jóvenes y Desarrollo, Maria Angels, Marc, Laia, Eulalia y Esther de Vols, Janne una joven alemana y por último con el Padre Gaspar salesiano español. Con todos y cada uno de ellos he compartido la motivación, ganas e ilusión de vivir al máximo esta oportunidad. Por cierto, Gaspar ha escrito su experiencia en un blogs que puedes encontrar en: http://cuba-verano-2016.blogspot.com.es/
Cuba es una isla de magníficos paisajes y playas, ciudades con bellas calles y edificios, música y alegría, pero ante todo un país de personas que te dedican todo su tiempo y se vuelcan en ayudarte, acompañarte y hacerte sentir querido y apreciado. Gracias a todos estos niños, jóvenes, adultos y salesianos el espíritu y carisma de Don Bosco siguen vivos tras 100 años de presencia salesiana en esta tierra cubana.
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