Deborah Chanca es de Rentería (Guipúzcoa), tiene 26 años. Forma parte de la parroquia San Juan Bosco de la localidad, en el barrio de capuchinos. “Estoy allí desde que mis padres me llevaron a los 6 años para recibir catequesis… y hasta hoy”.

Entrevistar a Deborah es diferente, pienso en ella como una compañera de camino en varios proyectos. No puedo separar lo que siento de lo que ella misma cuenta. Nos conocimos en Alzuza, en la casa de oración y hemos mantenido la relación compartiendo algunos momentos de la Comunidad Juvenil de Alzuza y viviendo juntas la Pascua de Somalo en la que nos unimos jóvenes y familias y en la que Deborah tuvo mucho que ver, junto con otros jóvenes, para que la experiencia saliera bien.

Nunca la he oído decir que no, siempre dispuesta con una alegría serena, con una forma de ser propia, con las ideas claras. No es mujer de grandes discursos, pero no los necesita para dar testimonio. Ejemplo para los más jóvenes que vienen detrás y apoyo para quienes ya nos vamos haciendo mayores.

En este curso forma parte del equipo inspectorial del MJS, el equipo motor de la organización del encuentro con el Rector Mayor en la pasada visita.

Pregunta.- Deborah, ¿qué supone para ti formar parte del MJS?
Respuesta.- Desde que empecé la catequesis siempre he ido a los grupos de fe y ya a los 14 empecé como animadora… el curso pasado, por falta de tiempo, tuve que dejar de llevar grupos. Estar en el equipo inspectorial del MJS es una oportunidad de poder seguir ligada a los jóvenes y poder continuar mi labor de voluntariado salesiano.

P.- ¿Cómo ves a la gente joven en la actualidad?
R.- Creo que hay una parte de los jóvenes con ideas muy claras, con ganas de comerse el mundo, de descubrir, crecer, aprender, vivir. Pero también veo otra parte que está perdida, sola, sin rumbo y que necesitan que alguien les acompañe. Necesitan saber que estamos ahí, que no están solos. Les tenemos que ayudar a descubrir la belleza de la vida.

P.- ¿Qué proyectos tienes?
R.- Por desgracia, ahora no tengo tanto tiempo para estar en la parroquia y estar tan en activo, como en años anteriores. Cuando me comentaron la oportunidad de estar en el MJS inspectorial, una de las cosas que me hizo decidirme fue esa, poder seguir de algún modo en proyectos para los jóvenes y siempre que puedo intento estar en la parroquia y ayudar donde se necesite.

P.- Los jóvenes, una parte importante de su vida…
R.- Como te decía, mis padres me llevaron a la parroquia del barrio a los 6 años para prepararme para la comunión. Después de hacerla nos dieron la oportunidad de seguir dando grupos, ir a campamentos, estar los sábados en el tiempo libre… Y me fui enganchando poco a poco. Evidentemente en mi proyecto de vida está el voluntariado, y el que he vivido es el voluntariado salesiano. Para mí seguir acompañando a los jóvenes es importante, me resulta difícil alejarme. Evidentemente con el paso del tiempo la forma de relacionarme con ellos ha ido cambiando, pero sigue siendo una parte importante de mi vida.

P.- Destaca cómo vives tu compromiso cristiano.
R.- Simplemente lo vivo. Va conmigo, no es algo que me aparezca cuando estoy en grupos o en campamentos. Seguir a Jesús es mi forma de vida y en todo lo que hago está presente mi compromiso cristiano. No lo concibo de otra manera, es mi forma de vivir la vida.

P.- Consejos para los jóvenes que vienen detrás.
R.- Que luchen por seguir adelante y que intenten dar todo lo que tienen, todo lo que son a los demás. Que intenten ofrecer a otros jóvenes lo mejor de ellos mismos para que no se pierdan este regalo llamado Don Bosco.

P.- Ideas para los mayores… ¿qué se puede mejorar?
R.- Que sobre todo estén disponibles para los jóvenes. A veces lo que necesitan es que simplemente estemos, no que hagamos actividades o juegos. Estar atentos y dispuestos a escucharles de verdad, de corazón. Y sobre que sean, bueno que seamos, capaces de mostrarles a un Jesús que les quiere.

P.- ¿Quién es para ti el Rector Mayor?
R.- Es el Don Bosco de nuestro tiempo, alguien a quien escuchar y de quien aprender a tratar a los jóvenes y seguir con el sueño de Don Bosco.