Desde hace tres años a los que remataban el proceso se les invitó a continuar en grupos y además de toda la oferta inspectorial (Campoboscos, FAC, Teología para educadores, Pascuas…) se les invita a participar en un campamento denominado “postcatecumenado”.
A partir de sus aportaciones se llegó a la conclusión de realizar un campamento “sin papeles” y con mucha vida. Se pretende vivir experiencias plenamente cristianas en el campo social – diaconía – y celebrativo – liturgia. De ahí que cada verano ofertamos un minicampamento de 4-5 días.
Hace tres veranos la base fue “Salesianos-Castrelo”, el año pasado fue en “A Coruña” y este verano ha sido en Santiago de Compostela. Convivimos con la comunidad salesiana de Santiago y participamos en la vida diaria del Albergue Xoán XXIII de los Franciscanos, en el centro de día “Aveiro” de Cáritas diocesana de Santiago, en Sarela, entidad que trabaja con personas con daño cerebral y en el Cottolengo do pai Alegre. Además conocimos el trabajo de “barrios abiertos de la ACCP (Asemblea de Cooperación pola paz).
Participamos en un encuentro con una monja de la Armenteira y compartimos con la comunidad la oración de “completas”, con los voluntarios de “Peregrinus” de los jesuitas también tuvimos un encuentro y la oración nocturna, y acabamos en el centro don Bosco con una eucaristía clausura del campamento propuesta por Carlos M. Voces.
Fueron cuatro días del 25 al 28 de julio en que vivimos y nos dejamos contagiar por buenas nuevas que creemos nos ayudan a convertir nuestra vida en auténtica buena nueva.
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