Basilio Díaz Rollán, nuevo director de la casa de Villamuriel

28 julio 2016

 

“Las gallinas que entran por las que salen”
Todas las grandes empresas, entre los salesianos de don Bosco, se han empezado con una oración. En el seno de la Eucaristía (oración por excelencia) tiene lugar la despedida de don Antonio González Robles de la Casa de Villamuriel y la presentación del nuevo director de la Casa, don Basilio Díaz Rollán. Ya lo decía el humorista Mota: “las gallinas que entran por las que salen”. Aquí no se trata de un gallinero, pero sí de un “rebaño” de los de Jesús de Nazaret, el Buen Pastor, del evangelio.

El marco de referencia en las constituciones salesianas, art. 44 y 55
En la homilía el sr. Inspector, don Juan Carlos nos deja tres ideas madre que han puesto el marco de los acontecimientos que celebrábamos: La primera, es que “no estamos presentando al director de la Comunidad de Villamuriel”, sino al director de la Casa salesiana; una casa que abarca otras varias casas, con la imagen del Buen Pastor en la tarea de “construir la Comunidad”. La segunda idea es que esta misión que corresponde al “Buen Pastor”, en la persona de Basilio es que esta Comunidad crezca y se desarrolle bien cohesionada por una parte y en plena corresponsabilidad por otra, para una mayor eficacia en el trabajo por los jóvenes que Dios nos confía. La tercera idea, en fin, es una llamada al “discernimiento pastoral”, conforme a los criterios presentados en el Capítulo Inspectorial, recientemente celebrado, de modo que podamos responder realmente a lo que nuestros destinatarios requieren de nosotros para acercarse y encontrarse con Jesucristo, el Buen Pastor.

La fundación de la primera Casa fuera de Valdocco
Estas tres ideas vienen apoyadas por aquella anécdota  y aquellas palabras significativas de don Bosco cuando, en 1863, abrió la primera casa fuera de Valdocco. Mucha gente veía con incertidumbre la fundación de cualquiera otra casa, fuera de Valdocco, porque eran conscientes de que don Bosco no podría multiplicarse y, además, porque estaba el tema de la financiación, tan precaria y pendiente siempre de la Divina Providencia.  Don Bosco elige al jovencísimo Miguel Rúa para ser el director de Mirabello, la nueva presencia del Oratorio fuera de Valdocco, y éste le pregunta: "–¿Qué tengo que hacer?"  –"¡Ser otro don Bosco! Además, te voy a dar tres ayudas muy especiales: En primer lugar, un grupo de salesianos, compañeros tuyos. Aquí tienes los mejores salesianos. (Aquí viene la apostilla del Inspector: ‘Y vosotros, comunidad de Villamuriel, con perdón de las demás comunidades, sois los mejores salesianos’). En segundo lugar, un grupo de jóvenes de los que han crecido y se han formado en Valdocco, para que sean el fermento de un ambiente que favorezca la educación en todas sus posibilidades; y en tercer lugar, igual que mamá Margarita se vino conmigo, tu mamá, Juana, se irá contigo". Y aquí era obligado el inciso: "Tu mamá, Basilio, desde el cielo, intercederá por ti y será tu apoyo en todo momento”. Fue entonces cuando don Bosco le dijo a Miguel Rúa el truco para una buena gestión: "Procura hacerte amar".

 La misma palabra que estábamos celebrando en la Eucaristía: “Gracias”
Por su parte, las palabras de don Antonio González se resumen en una sola palabra, cargada de pensamientos, sentimientos y emociones. Precisamente la palabra que estábamos celebrando. “GRACIAS” en la Eucaristía. Gracias a Dios, y en Dios a todos y cada uno de los miembros de la familia salesiana representada en todas las ramas de la Comunidad Educativo-Pastoral de la casa de Villamuriel que se extiende por Astudillo, Herrea de Pisuerga y la capital Palencia, de la Casa de acogida y de la familia salesiana (Cooperadores, ADMA, Centro juvenil, Antiguos Alumns, el Coro y Orquesta, el párroco en la persona de don Ángel). “Os he querido, me he sentido querido y os sigo queriendo. Naturalmente, esta acción de gracias, acababa con una petición, típica de la oración del apóstol que acomete nuevos retos, poniendo todo bajo la protección de María Auxiliadora y don Bosco, en la Obra salesiana que deja, y en la Obra salesiana a la que va destinado.

Las tres “S” de don Bosco: “Salud, Sabiduría y Santidad”
Finalmente, don Basilio inicia también sus palabras con un “Gracias” por el apoyo de vuestra asistencia, recordando aquel dicho: “Donde te han colocado, es preciso florecer”, precisamente en la “Obra más extensa de la Inspectoría”. “Vengo, pues, con ánimo, ilusión y dispuesto a trabajar”. Y por eso, quiero contar en primer lugar con Dios. En segundo lugar, con la protección de María Auxiliadora, de don Bosco y del Espíritu Santo. Y en tercer lugar, con vuestra ayuda y oración, vosotros que hoy venís a despedir a don Antonio, a quien habéis apoyado en todos estos maravillosos proyectos, y venís a acoger también a un servidor. Y como somos instrumentos, mediaciones entre dios y nuestros destinatarios, le pido a Dios las tres “S” de don Bosco: “Salud”, para acometer los retos y desafíos que se nos vayan presentando. “Sabiduría”, para discernir adecuadamente los problemas y las soluciones y en aquellas cosas sobre las que deberé decidir y orientar. Finalmente, “Santidad” a la que todos estamos llamados, cada cual en nuestro puesto, como Aquel que nos ha llamado es Santo. Por todo ello, cuento con la ayuda de todos vosotros: “Ánimo, ilusión y disponibilidad”.

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