La siguiente parada en la agenda del Rector Mayor en su visita de animación en la Inspectoría Santiago el Mayor, fue la ciudad de León, el 2 de mayo. Tras los saludos de bienvenida de los hermanos salesianos y posterior fotografía de grupo para inmortalizar el momento, el Rector Mayor participó, junto con el Inspector, Juan Carlos Pérez Godoy, el Consejo Inspectorial y todos los directores de las casas salesianas de la Inspectoría de Santiago el Mayor, en la reunión de directores. Los 55 directores lo recibieron con gran afecto y cariño.
El inspector remarcó la importancia de este encuentro. Añadió que en la organización de la visita del Rector Mayor a la Inspectoría, se fijó este momento para que don Ángel pudiera hablar especialmente con ellos.
En el turno de palabra del Rector Mayor, les dio las gracias por el servicio que hacen a los hermanos e hizo hincapié en los grandes desafíos que tienen en el proceso de animación y gobierno de las casas. Planteó dos retos a los directores: por una parte, el cuidado de los hermanos, como punto de inflexión en el momento que la Congregación se encuentra. “Hay que acompañar a los hermanos en todas las etapas de la vida (…) por ello, os animo a seguir trabajando en crear comunidades acogedoras, que tengan calor de hogar”. Por otra parte, instó a que los directores “debáis ser los garantes del carisma salesiano, garantizar la identidad de las obras”.
Posteriormente, se centró en la “joven” vida Inspectorial de Santiago el Mayor. Animó a hacer un camino de comunión. Invitó a soñar un futuro para esta Inspectoría, estudiando cómo garantizar el carisma salesiano en las presencias. También centró sus palabras en escuchar las necesidades del mundo juvenil hoy y en ser más propositivos en la educación en la fe.
A continuación, hubo turno de preguntas de los directores. Estos agradecieron la claridad en las propuestas del Rector Mayor.
A la conclusión de la reunión, se celebró la misa presidida por don Ángel y concelebrada por el inspector y algunos salesianos. También asistieron Hijas de María Auxiliadora y otros miembros de la Familia Salesiana. En la homilía, les predicó sobre Dios: “¿De verdad tenemos el corazón dispuesto a que Él lo quiera tocar? A menudo, estamos blindados con tantas cosas… planes, proyectos… y eso impide que Dios sea Dios en nosotros. Cuando le dejamos entrar en nuestro corazón, esto nos lleva a ir por donde es arriesgado. Es esto lo necesario, ser arriesgados con Dios en la vida. No tenemos que ser vergonzosos por ser hombres de Dios”. Destacó que hay que testimoniar a Aquel que tratan de silenciar socialmente. “Debemos salir al encuentro de Dios como dice el papa Francisco”.
Tras la misa, la comida fraterna. Don Ángel se sintió especialmente contento, ya que recordó que aquel lugar era la sede de la antigua Inspectoría de León, donde él fue inspector. El ambiente fue muy salesiano y la sobremesa, con cánticos.
Finalmente, visitó a los hermanos mayores, a los que impartió la bendición de María Auxiliadora y les dio las gracias por todos los años de sus vidas que habían ofrecido al trabajo por los jóvenes. Estuvo especialmente cariñoso, bromeó con ellos. Muchos de estos hermanos fueron formadores de don Ángel en su comienzo salesiano. Así, concluyó la visita a los salesianos en León y viajó a Salesianos-Deusto, siguiente parada en su visita Inspectorial.