Don Ángel Fernández Artime tuvo ayer el encuentro más multitudinario de su visita a la Inspectoría Santiago el Mayor. Y seguramente quede grabado en el recuerdo como uno de los más especiales. 1.000 jóvenes del Movimiento Juvenil Salesiano (MJS) se congregaron en el Colegio Salesianos Carabanchel de Madrid para disfrutar de un ambiente festivo y hacer sentir como en casa al décimo sucesor de Don Bosco.
Don Ángel atravesó una ‘alfombra roja’ de sonrisas, vítores y abrazos hasta llegar al centro de la casa salesiana, el patio. Allí se juntaron todos los presentes en torno al Rector Mayor para quedar inmortalizados en la cámara del salesiano José Luis Mena. Una foto para la historia.
La magia se trasladó después al interior del polideportivo, donde se puso en escena una performance para amenizar el encuentro. Don Ángel no pudo disimular su alegría: “Es una gozada increíble encontrarnos aquí”. Varios jóvenes se subieron al escenario para entablar un diálogo con el Rector Mayor que no dejó indiferente a nadie.
Ser salesiano
Preguntado por el descubrimiento de su vocación, Don Ángel recordó a aquella señora que invitó a sus padres a llevarlo a un colegio salesiano. Fue el germen. Años más tarde, terminaría teniendo una experiencia vocacional con los salesianos. El apoyo de sus padres resultó fundamental en esos momentos. Y, por supuesto, “Dios siempre está detrás”.
Había inquietud por saber más. Un joven lo puso a prueba. ¿Recetas para ser salesiano? El Rector Mayor dio las justas y necesarias: pasión por Jesucristo y por el estilo de Don Bosco. Y es que Don Ángel no deja de pedirle al santo fundador tener “la misma mirada con los jóvenes y sentir lo que él sentía”.
Un recuerdo
Después de tantos años como salesiano, el Rector Mayor guarda innumerables recuerdos en el corazón. Ayer se atrevió a rescatar uno por encima de los demás: “El SYM Don Bosco 2015 es el encuentro más fascinante que he vivido”.
Vocaciones
El Rector Mayor fue contundente cuando le plantearon una posible crisis de vocaciones salesianas: “Estoy convencido de que Dios sigue llamando a muchos jóvenes”. Pero tampoco se olvidó de la importancia del compromiso de los laicos. Mención especial a las parejas de novios, a quienes animó a “madurar un proyecto de vida juntos” a la luz de lo que el Señor quiera para ellos.
Metas altas para ser santo
“Como perdáis la capacidad de soñar y tener ideales, aunque tengáis 25 años, habréis empezado a ser viejos…”, espetó el Rector Mayor. Era la primera clave para proponerse ser santo. ¿Y la otra? Decirle a Dios: “Señor, ¿qué sueño tienes para mí?”. La pregunta resonó de seguro en la cabeza y el corazón de los presentes durante el momento de oración con el que se cerró la primera parte del encuentro.
Vivir una vida entregada
Tras la cena, el Rector Mayor volvió al escenario. Esta vez, ante él solo estaban los animadores de los centros juveniles y oratorios. A ellos les quiso dedicar unas palabras directas al corazón: “La vida es mucho más apasionante cuando se vive donándola”. Don Ángel les agradeció su servicio y les prometió que rezaría por ellos.
La fiesta se prolongó hasta la madrugada. En el patio salesiano resonaban los ecos del encuentro. El Rector Mayor se lleva a los jóvenes en el corazón.