Llegó por la mañana, pronto, y  fue recibido por el Sr. Vicario de la Comunidad, Arturo Alonso, en ausencia de Mariano, por  coincidencia con otras ocupaciones.

Han sido tres días llenos de actividad, con la agilidad y simpatía que Juan Carlos acostumbra a regalar a raudales allí donde se encuentra. Reuniones con los muchísimos grupos que funcionan en esta casa. Presencia en el patio durante los recreos, en los momentos de oración con los chicos, atención a los Educadores  y personal de la casa, y a la multitud de grupos de la Comunidad Educativa y Familia Salesiana.  Lo mismo que hizo en la Parroquia de San Francisco de Sales y en el Centro La Balsa.

Tuvo tiempo para charlar con los salesianos y escuchar a todos, conocer sus inquietudes; tuvo tiempo para ofrecer reflexiones oportunas del momento actual de la Congregación y de  la marcha de nuestra Inspectoría, y de disfrutar de otros momentos de distensión y armonía propias de una Comunidad que vive en armonía.

Al marcharse, el día 27, presidió la acostumbrada oración semanal del grupo de Animadores del Centro Juvenil y aprovechó la ocasión para lanzar a los jóvenes  la invitación a seguir más de cerca a D. Bosco, desde la vida consagrada.

Los salesianos de la Comunidad le han despedido agradecidos por su disponibilidad y se han sentido reconfortados y  animados a seguir realizando una labor que al Sr, Inspector le parece oportuna, bien realizada y acorde  con el momento actual, con lo que necesita el barrio y fiel a lo qu nos indican la Iglesia y la Congregación.

¡¡Muchas gracias, Sr. Inspector!!