Sabemos educar, Libertad y Compromiso

2 noviembre 2015

 

Salesianos y Salesianas han estado presentes, han participado. Juan Carlos Pérez Godoy, presidente de Escuelas Católicas y provincial de Salesianos Santiago el Mayor ofrecía al finalizar el Congreso unas palabras de cierre en las que animaba a los presentes a “reafirmar nuestro firme compromiso por una Escuela Católica fiel al espíritu de nuestros fundadores y fundadoras y a la sabiduría que los guió, fiel al espíritu de Dios para discernir qué y cómo debemos hacer en este desafiante y al mismo tiempo apasionante momento de nuestra historia para el mundo de la educación, convencidos de que la Escuela Católica no es una amenaza, sino una riqueza para nuestra sociedad democrática y plural”.

Al finalizar el Congreso tuvimos la oportunidad de hacerle unas preguntas que amablemente respondía. Sus respuestas cuentan el Congreso, hablan de historia y proyectan futuro.

Después de escuchar sus palabras finales ¿por qué el Congreso de Escuelas Católicas ha sido una experiencia inolvidable?
Porque independientemente de las ponencias, que han sido de una gran calidad y altura hemos conseguido crear un ambiente estupendo de alegría y entusiasmo, de convivencia y familia con momentos para compartir y dialogar, tiempos para la música y la danza, para jugar y rezar. Se vivía la sensación de formar parte de un inmenso grupo a que merece la pena pertenecer. Se notaba en las miradas, en los rostros, en las sonrisas de satisfacción de los participantes.

El video resumen del Congreso muestra lo que Juan Carlos Pérez Godoy nos contaba:

¿Cómo se puede hacer evidente esa colaboración entre todas las Escuelas Católicas de la que hablaba al final del Congreso en su discurso de la Clausura?
En mi discurso final, efectivamente, me he referido a la colaboración con todos los que desde diferentes posiciones ideológicas y religiosas trabajan por el bien de la sociedad, por construir un mundo más justo, más humano; lo hacemos desde el evangelio, que no se impone, se propone; Esto supone apertura de mente; aceptación de los otros, aunque piensen distinto; pensar que uno no siempre tiene la razón y es el único mejor, sino pensar que de los otros podemos aprender; supone estar presente en  grupos, instituciones, organismos, foros donde se reflexiona y se decide sobre lo que nos afecta; y no lamentarnos de nuestro tiempo, que asumimos con confianza y esperanza.
 
¿Cómo se traslada este entusiasmo al día a día en los centros educativos de Escuelas Católicas? ¿y en los centros salesianos?
Tenemos una tarea que es sagrada: la misión de educar es algo sagrado. Por eso decía en mi discurso que hemos de descalzarnos cada día porque pisamos lugar sagrado. Descalzarse significa desprenderse de todo aquello que nos roba el entusiasmo, la convicción de estar en Dios que nos acompaña en esta tarea. Éste es el significado y el fundamento del verdadero entusiasmo. Por tanto creer en nuestro proyecto; ser parte y tomar parte en su diseño, desarrollo y evaluación; poner a los alumnos y alumnas en el centro, construir la comunión entre las personas con el diálogo, la escucha, el compartir; estar abiertos a la novedad dispuestos a formarnos continuamente; vivir como creyentes nuestra misión educativa como camino de verdadera espiritualidad, etc.
Y traducido a nuestro mundo salesiano, lo resumiría en nuestra fidelidad al Sistema Preventivo de Don Bosco.
 
Sería muy interesante el pacto educativo, sin ese pacto se puede seguir trabajando ¿desde Escuelas Católicas se ve posible que llegue ese pacto?
El pacto educativo es algo muy deseable. No perdemos la esperanza. Ha habido momentos en los que ha estado más cerca y en otros muy lejos. De lo que no me cabe la menor duda es de que Escuelas Católicas estará siempre ahí para contribuir a ese pacto, para hacerlo posible.
 
Según lo que lo conoce, y lo vivido en estos días con cerca de 2.000 educadores, ¿es la Escuela Católica fiel a su identidad?
Ser fiel no es ser perfecto. La Escuela Católica es fiel, aunque no perfecta. Nosotros debemos seguir en el camino de fidelidad, independientemente de determinadas voces que lanzan juicios o hacen afirmaciones que no se ajustan a la realidad. Entre nosotros hay autocrítica, hay deseo de mejorar, queremos hacer las cosas bien, se apuesta por la identidad de los educadores; queremos ser fieles a nuestros destinatarios preferenciales, los más necesitados. Por otra parte somos conscientes de que en estos momentos no podemos perder nuestro sentido de Iglesia y nuestra razón de ser: educar evangelizando y evangelizar educando.
 
¿Sería capaz de poner un titular a lo vivido en este Congreso?
El lema del Congreso. Es la mejor síntesis: SABEMOS EDUCAR. Libertad y compromiso.

Conclusiones del XIII Congreso de Escuelas Católicas
 En España hay 2.590 centros católicos abarcando cerca de un millón y medio de alumnos y en torno a 124 profesores en 770 localidades de la geografía española y quiere seguir trabajando al servicio de la sociedad para contribuir al bien común.

Las Escuelas Católicas son escuelas que saben educar, comprometidas con la fiel al espíritu de Dios para discernir qué y cómo debemos hacer en este desafiante y al mismo tiempo apasionante momento de nuestra historia para el mundo de la educación, convencidos de que la Escuela Católica no es una amenaza, sino una riqueza para nuestra sociedad democrática y plural.
educación de muchas generaciones. En su XIII Congreso concluyen:

1.- Sabemos educar y escuchar a nuestros alumnos y nuestro entorno
2.- Sabemos educar con fe y en la fe
3.- Sabemos educar con pasión, desde la emoción y en la emoción.
4.- Sabemos educar con sentido, con valores, con convicción
5.- Sabemos educar con creatividad más allá del puro conocimiento
6.- Sabemos educar con visión, a partir de nuestras raíces y con la mirada puesta en el futuro.
7.- Sabemos educar y dialogar

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