Las caras de los adolescentes del Centro Salesiano Mamá Margarita de Niterói reflejan el cansancio de una semana cargada de emociones mientras desayunan en el hotel antes de partir al aeropuerto de Barajas. Junto a ellos, los jóvenes de la delegación de Colombia, inseparables unos de otros durante toda esta semana. La Copa Endesa, el gran viaje de estos chicos, ha llegado a su fin.

"Ha sido una experiencia maravillosa, muy cansada pero maravillosa. Los chicos están en una nube; anoche, antes de despedirse de las demás delegaciones, intercambiaron sus direcciones para escribirse. Es probable que nunca más se vuelvan a ver, pero yo me comprometo a enviar sus cartas. Es muy enriquecedor para ellos conocer a otros chavales de realidades similares a las suyas en distintos países", explica Elaine Holanda, directora del Centro Juvenil Salesiano de Niterói.

Los tres equipos, Chile, Colombia y Brasil, han convivido en un hotel del centro de Madrid y han compartido comidas, paseos culturales, viajes… "Es curioso cómo los niños rompen con tanta facilidad las ataduras de la vergüenza y las dificultades del idioma. Brasileños y colombianos se han hecho inseparables, es algo maravilloso", comenta divertido Ricardo Rigel, periodista del diario brasileño Extra que ha acompañado al equipo salesiano en este viaje. "Ayer por la noche, los chicos de la delegación colombiana regalaron a los jóvenes brasileños unas medallas conmemorativas como muestra de su amistad a nuestros jóvenes. Nosotros no habíamos preparado nada, Wagner rápidamente llamó a sus compañeros, subieron a sus habitaciones y cada uno bajó con su camiseta de la escuela para ofrecérselas a la delegación colombiana. Fue un momento maravilloso y espontáneo que me ayuda a creer más en el trabajo que realizamos con ellos cada día".

El viaje ha tenido de todo; el fútbol ha sido, una vez más, la excusa. El martes y el jueves fueron los días dedicados al torneo; sin embargo, preguntando a los chavales por lo mejor de este viaje, encontramos respuestas muy diversas. Ronald, un adolescente muy tímido, no oculta su sorpresa: "Todo aquí es muy diferente a lo que vivimos nosotros: la ciudad está llena de luces, de restaurantes, de gente…". Elaine cuenta entre risas que a los cinco minutos de repartir las habitaciones ya había varios chicos en la puerta de la suya muy emocionados porque en cada habitación había una bañera: "Solo las habían visto en la televisión", añade. Bruno, de 13 años, comenta con emoción: "Lo que más me ha gustado de este viaje ha sido conocer Toledo, era como estar dentro de una película, y además hemos podido hacer tirolina sobre el río, como en ‘Misión imposible’".

Los jóvenes fueron recibidos por el embajador de Brasil en España, don Antonio Simões, que recalcó la importancia de una experiencia como este viaje: "Estos jóvenes están teniendo la oportunidad de ver una realidad muy diferente a la que ellos viven. Una realidad que puede ser la suya si continúan estudiando, trabajando y esforzándose, aprovechando cada posibilidad que los salesianos les están brindando. En Brasil, muchas personas creen que para conseguir el éxito no es preciso trabajar y ponen como ejemplo a nuestros futbolistas. Eso es un error grandísimo; Neymar o Ronaldo, por ejemplo, se esforzaron muchísimo para llegar a donde han llegado y se siguen esforzando cada día para lograr una victoria".

El torneo ha finalizado, los jóvenes vuelven a Brasil, a Niterói, a su comunidad de Santa Rosa. No tuvieron suerte en los partidos de fútbol, pero como dice su entrenador y educador, Getulio, "en el terreno de juego marcamos algunos goles, y los chicos se esforzaron, pero los goles que realmente valen son los que marcaron fuera del campo de fútbol. Esos goles hacen de ellos unos verdaderos campeones y nos dan motivos para sentirnos orgullosos de ellos. Su comportamiento, las muestras de solidaridad, su ilusión con todas las propuestas, esos han sido los mejores trofeos".