Los encuentros anuales suponen un momento especial en la vida de los grupos de fe. En ellos, los chicos comparten con iguales de otras casas y se refuerzan los lazos de pertenencia, mientras van creciendo y madurando como personas creyentes.
El trabajo que se realizó el domingo tenía que ver con esto. Concretamente, se articuló el trabajo en tres equipos, que dieron forma a los encuentros de Preadolescentes, Adolescentes y Jóvenes, respectivamente. El trabajo entrañaba dificultad, dado que ésta era la primera vez que se conjugaban las maneras particulares de hacer y se trabajaba de manera conjunta.
La experiencia ha sido positiva y enriquecedora; así los encuentros de este curso tendrán una temática y esquema comunes en las tres zonas de la inspectoría. Sin duda, un pasito más en orden a la cohesión de nuestra joven realidad inspectorial.