Una simple caída del patinete jugando en el parque y su cuerpo quedó en coma. Dos semanas de espera y el trágico desenlace no se pudo evitar, a pesar de los esfuerzos sanitarios y las visitas y oraciones de muchas personas de la Obra Salesiana de Sto. Domingo Savio.

El 3 de mayo de 2014 había hecho su Primera Comunión en nuestra Parroquia. También había asistido al CACE y al Chiqui por algún tiempo. Estaban todos contentos con sus progresos. Se había inscrito al equipo de Baloncesto este curso y su entrenador destacaba lo educado y amable que era.

Los compañeros de Primaria le ofrecieron una misa la víspera del 24. Su tutor le dedicó unas emocionadas palabras, diciendo: “… No podemos ocultar la tristeza que sentimos de haberte perdido tan pronto. Teníamos muchas cosas que hacer juntos aún, muchas cosas que compartir…Nos va a costar mucho entender lo que te ha sucedido, por qué te has ido de esta manera. Te vamos a echar mucho de menos… Pese a todo eso, pese a tanta tristeza, estamos tranquilos. Sabemos que estás ahí arriba, mirándonos… Y estamos orgullosos porque además de todo lo bueno que has hecho en vida, seguirás ahora también, dando vida a otros niños que lo necesitan. Un ejemplo. Siempre te recordaremos… Malcom, compañero, amigo, hermano. TE QUEREMOS.”

La mañana del 23 de octubre había comenzado con un impresionante amanecer (tal como podéis apreciar en la foto adjunta), que parecía ser el regalo de despedida que Malcom nos quería hacer a todos para decirnos que confiemos en la bondad y belleza de Dios, a pesar de nuestras limitaciones. Que es también anuncio de la vida eterna que tendremos tan presente en estas próximas fiestas de los Santos y los Difuntos, contando con un nuevo intercesor. Descanse en la Paz del Señor.