Francisco Javier Alcedo Ruiz, de la Inspectoría “María Auxiliadora”, y Juan Carlos Aonso Diego, de nuestra Inspectoría “Santiago el Mayor”, serán los dos novicios españoles que emitirán sus primeros votos en la Congregación bajo el lema "Remad mar adentro, y echad vuestras redes para pescar" (Lc 5,4).
Juanky, como le gusta que le llamen, es natural de Santander (1990). Durante toda su vida ha estado ligado a la Parroquia “Nuestra Señora del Carmen” de Nueva Montaña (Santander), donde ha sido también animador y catequista. Está licenciado en Física por la Universidad de Cantabria y, durante el curso 2013-2014, realizó el prenoviciado en la Casa de Orientación Vocacional de Carabanchel, en Madrid.
El Sr. Inspector, el Delegado inspectorial de Pastoral Juvenil y el Coordinador inspectorial de Animación Vocacional, junto con un grupo de Salesianos y familiares de Juanky, viajarán hasta Roma para participar en la celebración que presidirá el Inspector de ICC, D. Leonardo Mancini.
Xabier Camino, coordinador de Animación Vocacional, en la carta que ha enviado a las comunidades expresaba: Damos gracias al Dueño de la mies por bendecir la vida de nuestra Congregación y de nuestra Inspectoría con la vocación de estos hermanos jóvenes, a la vez que rezamos por la fidelidad y felicidad de cada uno de ellos. Al mismo tiempo, les damos la enhorabuena de corazón por este importante paso vocacional que van a dar.
En la tarde anterior a las profesiones, Por otra parte, en la tarde anterior a las profesiones, Alberto Arteaga Carrasco, natural de Campo de Criptana (Ciudad Real), quien ha realizado el Prenoviciado durante este curso en la Comunidad Propuesta de Carabanchel, iniciará su noviciado en Genzano.
Desde el Equipo inspectorial de Animación Vocacional han pedido a Juanky que escribiera unas sencillas líneas sobre su crecimiento en la fe y su recorrido vocacional. Gustosamente él ha aceptado. Transcribimos literalmente sus palabras, así él mismo cuenta lo que vive y siente en estos momentos:
Me llamo Juan Carlos y nací en Santander el 24 de agosto de 1990. El camino lo iniciaron mis padres, bautizándome primero, llevándome después a catequesis para hacer prepararme a la primera comunión a la parroquia salesiana de Nueva Montaña. Después de la comunión y la común diáspora consecutiva, unos pocos respondimos con entusiasmo a la propuesta de continuar formándonos en la fe un año más. La promesa de un campamento al final del año fue la que nos convenció. Los campamentos de Somalo nos engancharon a la parroquia hasta ser animadores.
Paralelamente mi curiosidad inquieta se preguntaba quién era ese Dios del que todos hablaban pero que ninguno conocía, y trataba de responderse leyendo perlas del nivel "El Código DaVinci". Ahora me sorprende que estos libros no acabaran con mi fe sino que me llevaran a profundizar aún más en la figura de Jesús de Nazaret. La primera respuesta seria a mis preguntas me llegó en Somalo, con 17 años; yo sentía que me faltaba algo y un salesiano me dijo: "te falta amor, y Dios es amor". El Evangelio y las "poco científicas" lecturas que yo hacía de él empezaron a madurar.
Experiencias como animador con los chavales de la parroquia, en un campamento con chavales de una casa de acogida, otra con gente en silla de ruedas y un alto grado de dependencia, pascuas juveniles, curso de animadores, Campoboscos inspectoriales, Campobosco Nacional y la Comunidad Juvenil de Alzuza me ayudaron a tomar más conciencia de la realidad, asumir responsabilidades en la vida y descubrir la oración.
Mi vida profana transcurría en la facultad de física, el gimnasio de karate, el grupo de teatro y los juegos de magia. El cuarto año de la universidad lo pasé en Londres como estudiante Erasmus. Allí me sentí libre para tomar mi vida en mis manos y decidir que quería hacer con ella. Al principio de este curso, confesarme e ir a misa me marcaron y mi proyecto de vida se comenzó a fundar más y más en Dios y en la búsqueda de su voluntad. Cuando volví a España empecé un camino de discernimiento que me llevó a la Comunidad Propuesta de Carabanchel y de ahí al noviciado.
Este año ha sido intenso, de releer la vida una y otra vez, confrontarse con el Evangelio, las Constituciones Salesianas y la comunidad formativa, y sobre todo de sentirse muy amado por el Señor y agradecido porque no se ha cansado de llamar. Ahora me estoy preparando para profesar por primera vez como salesiano de Don Bosco y os invito a participar el 8 de septiembre a las 10.30, sea con vuestra presencia física en Genzano di Roma o con vuestra oración.
