Los acampados en el Colegio Martínez Otero fueron 47 chicos y chicas, con edades comprendidas entre los 8 y 14 años, que procedían de Galicia, Castilla y León, Asturias, Madrid, Cantabria y Vizcaya. El campamento estuvo coordinado por nueve monitores, entre los que había tres salesianos.
Se realizaron múltiples actividades: taller de pirograbado, música, manualidades, socorrismo, etc. Hubo también otras típicas de los campamentos, como rastreo, veladas, deportes, campeonatos de sala, olimpiadas, fuego de campamento…
Entre las actividades que crearon más expectación, destacan el masterchef, la yinkana del agua y la noche de terror. Además, este año pudieron disfrutar de un baño en la playa Da Rapadoira.
Con la satisfacción de haberlo pasado bien, llegó la “tristeza” de que se acabó algo extraordinario. Los participantes volvieron a sus respectivos lugares de origen con la intención de volver el próximo año. "Creo que cumplimos los objetivos de disfrutar: la amistad, la diversión, la participación, la creatividad… Sobre todo, se vivió la educación en valores, que era uno de los objetivos propuestos al inicio de esta nueva experiencia", comentan desde el Centro Calvo Sotelo de A Coruña.