Monseñor Romero es beatificado en una ceremonia multitudinaria

27 mayo 2015


El 23 de mayo, con la participación de más de 250 mil fieles, el cardenal salesiano  Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, presidió en San Salvador la misa de beatificación del arzobispo Óscar Arnulfo Romero, celebrada por cinco purpurados entre los cuales el cardenal salesiano Óscar Rodríguez Maradiaga, arzobispo de Tegucigalpa, y 1.500 sacerdotes. Presentes, autoridades civiles, muchos salesianos y miembros de la Familia Salesiana.

El cardenal Angelo Amato, dio lectura a la carta apostólica del Papa Francisco: “Óscar Arnulfo Romero, arzobispo, mártir, quien, sostenido por Cristo, piedra angular, dio la vida por la construcción del Reino, a partir de ahora será llamado Beato”. Unos momentos después, la tela azul dejó al descubierto el retrato del nuevo Beato entre los aplausos y el entusiasmo de los fieles.

El arzobispo de San Salvador, Romero, fue asesinado el 24 de marzo de 1980 por los “escuadrones de la muerte” en connivencia con el gobierno militar de la época, conminado a callar por sus continuas denuncias contra las violencias del régimen. Como recordó el Papa Francisco, el 24 de mayo, "asesinado in odium fidei (odio a la fe) mientras celebraba la santa Misa”. "Este Pastor lleno de celo – ha remarcado el Pontífice -, siguiendo el ejemplo de Jesús, eligió estar en medio de su pueblo, especialmente de los pobres y oprimidos, aún a coste de su vida”.

“Es luz de las naciones y sal de la tierra. Si sus perseguidores han desaparecido bajo la sombra del olvido y de la muerte, la memoria de Romero sigue estando bien viva y dando consuelo a todos los despreciados y marginados de la tierra”, dijo el Prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos en su homilía, con frecuencia interrumpida por los gritos de alegría de la multitud, que se mezclaban con cantos espontáneos sacados de la misa popular salvadoreña.

“Con la misa de hoy – dijo Mons. Paglia, postulador de la causa de beatificación de Romero – se da cumplimiento a aquella celebración interrumpida en sangre” y a aquella otra de los funerales marcados por la masacre de los fieles, llevada a cabo por el ejército.

El Cardenal Óscar Rodríguez Maradiaga, declaró: “América Latina está muy agradecida por la beatificación del Arzobispo de San Salvador, Óscar Arnulfo Romero”, "es una luz en el firmamento de la Iglesia que nos guía a proseguir unidos y mantener a los pobres en el centro de nuestros corazones”.

En el gran palco montado para la ceremonia se expuso, entre otras reliquias, junto a la palma del martirio, la camisa celeste de Romero manchada de sangre.

La fiesta de Romero se celebrará el 24 de marzo, día de su muerte.

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