Hacia el Congreso Internacional de Pedagogía Salesiana

10 marzo 2015


Como preparación a dicho acontecimiento, ANS ha dirigido algunas preguntas a don Vito Orlando, SDB, Vicerrector de la Universidad Pontificia Salesiana, coordinador del Congreso.

Desde hace ya muchos años se oye hablar de “emergencia educativa”. ¿Hay algo que nos pueda ayudar a captar el auténtico significado de esta expresión?

Sí, es cierto, se está hablando de “emergencia educativa” desde hace ya mucho tiempo. Con todo, creo que no será inútil hacer alguna precisión.

 Si miramos la emergencia como una situación de alarma que indica un peligro, podemos dejarnos llevar por el pánico, asumir actitudes de ansia y aceptar cualquier tipo de solución del peligro.

Si el término emergencia lo tomamos en su raíz y en su significado profundo, estamos obligados a prestar atención a alguna cosa que está emergiendo, que  se empieza a entrever y que requiere atención y de la que debemos preocuparnos.

Si nos fijamos en la “emergencia educativa” desde este segundo punto de vista, lo que siempre ha destacado con mayor claridad en estos años ha sido la dificultad de educar y la crisis de modelos educativos. Lo profundos cambios sociales, culturales y comunicativos han provocado una desorientación en los adultos, que se encuentran con frecuencia con la dificultad de comprender su rol y su responsabilidad educativa y corren el riesgo de ceder a la tentación de  renunciar a su compromiso.

Verdaderamente (como escribió Benedicto XVI en su Carta a la Diócesis y a la Ciudad de Roma) no se puede achacar todo a las responsabilidades individuales porque existe “una mentalidad y una forma de cultura humana que nos llevan a dudar del valor de la persona humana, del significado mismo de la verdad y del bien, en un último análisis de la bondad de la vida”.

Según usted, ¿cuáles serían, hoy día, las principales necesidades educativas de las jóvenes generaciones?
Cuanta más conciencia adquirimos de los profundos cambios culturales y de su importancia antropológica, tanto más nuestra atención se dirige hacia aquello que puede acrecentar nuestra fe y nuestra esperanza, ya sea en los adultos, o en los jóvenes. Hoy día, los jóvenes necesitan puntos de referencia que les ayuden a individualizar su camino de crecimiento.

Llevo tiempo buscando la manera de señalar que es necesario ofrecer una brújula para ayudar a encontrar el rumbo y el apoyo en el camino. Los jóvenes están necesitados de fundamentos, de convicciones que les ayuden a construirse como personas, a individualizar objetivos que les ayuden a valorizar sus capacidades y que den sentido a sus compromisos, de bisagras que puedan dar luz y motivaciones a sus esfuerzos y la posibilidad de contar con sus compañeros de viaje con los que poder compartir la construcción de la plenitud de la vida.

Participarán en este Congreso Internacional 3 educadores de nuestra inspectoría junto con Chema Blanco, consejero y coordinador inspectorial de Plataformas Sociales.

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