Una preciosa tarde, casi veraniega, favoreció el ambiente de fiesta y de juegos en el patio de Salesianos Pamplona.
Durante los juegos un grupo de animadores del Club y de Salesianos Cooperadores de la casa asaron estupendamente las castañas, con la duda de si llegarían para todos, porque se esperaba a muchos padres.
Después de escuchar la narración de lo que sucedió en aquel día en los patios de Valdocco, un personaje, Miguel Rúa, invitó a todos los chicos y chicas a comprobar que Don Bosco sigue haciendo milagros. Y así fue. Nadie se quedó sin castañas y, una vez más, todos gritamos desde el corazón: "Don Bosco es un santo".