El Rector Mayor en la “Casa Santiago el Mayor” de León

14 octubre 2014

 

A última hora de la tarde del día 7 de octubre llegó D. Angel Fernández Artime a la “Casa Santiago el Mayor” de León, para visitar a los salesianos mayores y delicados de salud, tendiendo un encuentro con las dos comunidades de salesianos y una de las Hijas de María Auxiliadora de la capital.

Después de presidir la eucaristía, al son de la gaita se le recibió en la entrada de la casa y se le acompañó al comedor con el “Asturias, patria querida” por su calidad de asturiano.

Después de la cena, Eusebio Martínez animó la sobremesa en la que participó con su guitarra  y canto el mismo Rector Mayor, que tuvo para todos los participantes palabras emotivas que evocaban su paso por las diversas casas de la antigua inspectoría de León.

Al día siguiente presidió la misa en la que concelebraron diversos salesianos y a la que asistió la comunidad salesiana del Centro María Auxiliadora de las FMA.

Hoy, siete días después, 14 de octubre, el propio Rector Mayor en su saludo de Buenos Días en Facebook hace referencia a esta visita:

LA VIDA TAMBIÉN TIENE SUS PÁGINAS DE DOLOR PERSONAL

Un afectuoso saludo a todas, a todos. Escribo estas líneas después de haber compartido unas horas en dos casas de salud de salesianos SDB en España. Una de ellas, en mi antigua inspectoría, donde “nací y crecí” como salesiano y donde todos son conocidos.

Y contemplar en su ancianidad y enfermedad a quienes fueron mis directores, inspectores, y hombres que HAN DADO MUCHA VIDA, hasta que esa misma ley de la vida les ha dejado sin fuerzas, o postrados, o con parkinson o alzheimer…, me ha hecho pensar en esa otra parte de nuestras vidas, la de las páginas que se escriben no entre la alegría juvenil, no la de los bellos momentos de alegría y gozo, sino las del dolor, las que tienen sabor a ocaso, a declinar del día, y que más tarde o más pronto no será algo ajeno y desconocido para cada uno de nosotros.

Y esto me confirma que hemos de vivir con auténtica PASIÓN POR LA VIDA nuestro cotidiano, nuestro día a día, agradeciendo al Señor lo que tenemos y vivimos; me confirma que los lamentos, los pesimismos, las durezas de corazón…, son un perder vida. ?Y me anima a mirar con mucha ternura y reconocimiento a quienes viven sintiendo la limitación de los años y de sus fuerzas, a mirar con inmensa ternura y agradecimiento ETERNO a los padres y seres queridos, y personas que HAN DEJADO SU HERMOSA HUELLA EN NOSOTROS.?

Un saludo para todos.
Ángel. Rector Mayor

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