Barcelona tiene un color salesiano

1 agosto 2014

La jornada ha comenzado con tranquilidad, siguiendo algunas de las rutinas habituales de los próximos días: primeros momentos para la oración, primeras dinámicas en grupo y, al final de la mañana, la celebración de la primera Eucaristía, presidida por Don Cristóbal López. El inspector de la Inspectoría María Auxiliadora SDB ha invitado a los jóvenes a convertir el Campobosco en “un encuentro con uno mismo, un encuentro con los demás y un encuentro con Don Bosco”. En definitiva, “un encuentro con Cristo”.

Tras la comida, cambio de ritmo y primeras visitas. Divididos en dos grupos, los jóvenes se han desplazado en los campobuses hasta los principales lugares salesianos de la ciudad condal.

 

Sarrià y el Tibidabo

Hablar de la Barcelona salesiana es hablar de Sarrià. En este barrio se encuentran las Escuelas Profesionales Salesianas de Sarrià, fruto de la generosidad de Dorotea de Chopitea, cooperadora salesiana a la que Don Bosco apreciaba mucho.

Uno de los momentos más especiales de la visita ha sido el paso por Can Prats, lugar donde se alojó Don Bosco durante su visita a Barcelona y en el que tuvo el famoso sueño de las misiones. “Pienso en la fuerza que tuvo Don Bosco al final de sus días. Cuando esté cansado, me preguntaré: “¿Por qué no voy a ser capaz?””, reflexionaba Gus Chacón, un joven de Guadalajara, al acabar la visita a la capilla.

Sin abandonar la zona, los grupos se han trasladado a la parroquia de María Auxiliadora para dedicar un rato de oración a la Virgen. Muy cerca se instalaron las Hijas de María Auxiliadora, las Salesianas, el monumento vivo que Don Bosco dedicó a la Madre de Dios. Las salesianas FMA han recibido a los jóvenes al inicio de la visita junto a la Torre Gironella.

La ruta por Barcelona también incluía la visita al Tibidabo. Unos caballeros barceloneses compraron la montaña y construyeron una pequeña ermita. Durante la visita de Don Bosco, aprovecharon para encomendarle la construcción de un templo dedicado al Sagrado Corazón de Jesús. Un lugar especial en el que, como han comprobado los participantes en el Campobosco, se puede contemplar toda la ciudad de Barcelona y sus alrededores. “Me ha gustado ver la imagen de Don Bosco en un sitio en el que la puede ver todo el mundo y saber lo importante que fue para Barcelona”, comentaba Vanesa Nozal, de la Inspectoría de Santiago El Mayor.

Por supuesto, la visita a Barcelona no podía concluir sin fotos como la que se hizo Don Bosco con los muchachos barceloneses en Martí Codolar. Una estampa que está en la retina de todo joven salesiano como recuerdo del paso de Don Bosco por España.

 

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