“Creed en el proyecto salesiano y no permitáis que la rutina os desgaste”

22 enero 2020

Don Bosco, a través de su vida y también de sus obras, nos transmitió que debíamos ser un referente para los jóvenes. No se trata solo de transmitir conocimientos, sino de acompañarlos y tocarles el corazón. En La Carta de Roma, él nos dijo que la presencia y la cercanía con los jóvenes ganan el corazón y, solo con el corazón, se puede educar. 
 
“Los centros salesianos han de afrontar muchos problemas hoy en día, entre ellos, la baja natalidad. Pero tenemos claves positivas que no podemos perder y que hay que potenciar: una identidad fuerte, compromiso, la tradición salesiana y un ambiente de familia (#ComoEnCasa). Ya el Rector Mayor en su Aguinaldo de 2018 incluía las siguientes palabras que le llegaron de mano de un colaborador externo: “Vosotros [los salesianos] tenéis obras, colegios, centros juveniles para los jóvenes, pero no tenéis más que un tesoro: la pedagogía de D. Bosco. Una pedagogía en la que triunfa el respeto del muchacho, de su grandeza y de su fragilidad, de su dignidad de hijos de Dios: conservadla, rejuvenecedla, enriquecedla”. Esto, precisamente, es nuestro tesoro”, ha propuestos Fernando durante la sesión de trabajo con el profesorado.
 
Y continuaba: “Asimismo, tenemos que tener en cuenta que como educadores no siempre tendremos éxito, pero no debemos olvidar que lo que vemos de nuestros jóvenes es únicamente una parte: ellos son mucho más y con el paso del tiempo, pueden llegar a sorprendernos: “basta con que el educador consiga llegar, ayudar a un joven, para que su trabajo valga la pena”. 
 
Por otro lado, estamos llamados a trabajar en equipo. Tenemos que saber diferenciar los momentos de trabajo jerárquico y los que debemos trabajar en red. Hemos de ser grupos de personas que sienten, que sean capaces de transmitir emociones. Y también hemos de ser capaces de acoger, de hacer que todos se sientan como en casa; ya decía Don Bosco que no solo sirve con querer a los jóvenes, ellos tienen que sentirse queridos.
 
El coordinador inspectorial de escuelas afirmaba: “Para lograr todo esto, tenemos que ser educadores carismáticos. Estamos llamados a hacer de cada colegio, de cada presencia y cada casa, un Valdocco. Además, debemos ser profesores significativos, es decir, tener rigor y ser ejemplares no solo en nuestra materia, sino también con nuestra propia vida”. 
 
Y cerraba recordando: “en educación es indispensable escuchar: “la escucha es motor del cambio”. Muchas veces echamos la “bronca preventiva” sin darnos cuenta de que a veces es más importante escucharlos, preocuparnos por lo que les pasa. Como dijo el Rector mayor en un encuentro, somos “los brazos, la mirada y el corazón de D. Bosco”. 

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