Últimos cambios de directores en la Inspectoría

29 agosto 2017

Las celebraciones transcurrieron como estaba previsto. Presidió ambas Eucaristías el Sr. Inspector, Juan Carlos Pérez Godoy acompañado por algunos miembros del Consejo Inspectorial, por los salesianos miembros de las comunidades y los directores de Comunidades cercanas.

Hemos querido saber que significa tanto para Sebas como para Joaquín esta nueva etapa en su vida y como son las casas que van a dirigir. Éstas han sido sus respuestas.

Sebas: Jóvenes inmigrantes, comunidad salesiana y servicios inspectoriales

¿Qué supone para ti aceptar esta dirección?

En realidad no ha sido aceptar sino continuar la misión que el Inspector y su Consejo encomendaron, hace dos años -11 septiembre 2015-, a la Comunidad Beato Miguel Rua y que no es otra, muy resumida, que la de acoger y acompañar a jóvenes inmigrantes en situación de emancipación, así como la cuidar y ser referente salesiano del personal que trabaja al servicio de la Inspectoría.

Esto ha supuesto y supone, para mí, la aceptación plena y confiada de la voluntad de Dios y una actitud de apertura a los hermanos, la aceptación y el desafío de unas circunstancias nuevas como la situación de los jóvenes inmigrantes y una experiencia nueva vivida y compartida con mucha gente.

¿Cómo es la casa que vas a dirigir?

Si dirigir se refiere al cargo de director, pase; pero se trata, sobre todo, de animar la misión que la comunidad tenemos encomendada y debemos llevar adelante según el carisma salesiano.

La casa y comunidad cuyo titular es “Beato Miguel Rua”, es la misma que cuando fue Sede de la Inspectoría San Francisco Javier. Después de la reunificación de las Inspectorías, lo que, en realidad, cambió fue la finalidad de la misma.

Ahora es casa de acogida de jóvenes inmigrantes en situación de emancipación dentro de un marco de convivencia entre la comunidad salesiana y los jóvenes. Asumimos este proyecto, “Zuen Etxea”, como misión salesiana y planteamos una propuesta educativa que se apoya sobre estos tres pilares: convivencia y colaboración, inserción y formación, trabajo y autonomía. De manera específica:

  • Ayudamos a los jóvenes a crecer y desarrollarse como personas. Trabajamos con y a favor de ellos.
  • Favorecemos la convivencia y ayuda mutua entre salesianos y jóvenes y entre ellos mismos y con el personal inspectorial.
  • Les estimulamos a aprovechar las oportunidades formativas que se les ofrecen y a insistir en la búsqueda de trabajo.
  • Pedimos su colaboración en el mantenimiento de la casa: limpieza, lavandería, alimentación, servicio, disponibilidad.


Tratamos, por lo tanto, de acompañar a los jóvenes inmigrantes, en situación de emancipación, en el camino de la inserción personal, social y laboral con el fin de que formen parte de la sociedad, sin necesidad de perder sus propias raíces.

Es también comunidad salesiana referente y con un especial cuidado del personal que trabaja al servicio de la Inspectoría a nivel de escuelas, centros juveniles, plataformas sociales, jóvenes y desarrollo, traducción y recepción.

Para ello fomentamos la buena convivencia a todos los niveles y con cada una de las personas, el espíritu de familia, la formación carismática y espiritual, la comunicación y la información.

En estos momentos se da una serena y sana armonía entre la comunidad salesiana, los jóvenes inmigrantes y el personal de servicios inspectoriales. Mi deseo y esperanza es que sigamos avanzando por este camino para el bien de todos.

Joaquín: Acompañar el discernimiento vocacional

¿Qué supone para ti esta nueva responsabilidad?
Efectivamente, pertenecer a la comunidad del Sagrado Corazón supone para mí una gran responsabilidad, como le trasladé al Sr. Inspector en su momento. La casa sigue denominándose COV, el Centro o Casa de Orientación Vocacional, continuación de lo que en su día fueran los aspirantados.

Colaborar, pues, en la animación vocacional de la Inspectoría ya es en sí una grave responsabilidad, y más en estos momentos que invitan al desánimo y a la zozobra. Ahora bien, la responsabilidad no es tanto por ‘obtener buenos resultados vocacionales’, sino, ante todo, por ‘responder’ de la propia vocación ante aquellos jóvenes que también se plantean la suya propia. De esta manera, se puede observar que es una grande y grave responsabilidad, pero, a la par, también responsabilidad hermosa y entusiasmante.

¿Cómo es la casa que vas a dirigir?

El edificio o casa donde reside la comunidad es un bloque de viviendas alto y recoleto, cuya vida ha discurrido por senderos diversos, la mayor parte de ellos vinculados a la formación.

Para este nuevo curso, seis salesianos constituimos la comunidad, cuyo empeño fundamental es acompañar en su discernimiento vocacional a los dos jóvenes que van a convivir con nosotros, colaborar con la animación vocacional de la Inspectoría, y animar la obra de Pan Bendito. Igualmente, participamos muy estrechamente en la pastoral y marcha del colegio, con cuya comunidad compartimos también vida y espíritu.

Todas las fotos de las presentaciones de directores en ESTE ENLACE

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