EL lunes, 16 de noviembre, se celebró la primera reunión de directores de las casas salesianas de la Inspectoría Santiago el Mayor con el Consejo Inspectorial: en total 55 participantes. Dadas las circunstancias que estamos viendo, el encuentro se celebró a través de internet y ocupó toda la mañana del lunes.
Tras un momento de oración y el saludo de Fernando García, el Inspector, se dedicó buena parte del tiempo a presentar las prioridades de la Inspectoría para este sexenio. Entre los temas que se abordaron, la reflexión sobre los modelos de gestión de nuestras obras, el continuar con el rediseño de nuestras presencias, como nos ha pedido el Rector Mayor, cómo están evolucionando las casas de salud para el cuidado de los hermanos mayores y el estudio en profundidad que se está haciendo de las mismas, las prioridades en las que se está insistiendo desde la formación y la pastoral.
También hubo tiempo para que José Manuel González, ecónomo provincial, hiciera un balance de la situación económica poniendo sobre la mesa el alto coste económico que está suponiendo la pandemia en nuestras obras, y presentó cambios en la organización de los servicios jurídicos y de asesoría laboral de su departamento.
Xabier Camino, delegado de pastoral juvenil, intervino presentando algunos de los aspectos sobre los que se está poniendo el acento en el trabajo pastoral. Así presentó las propuestas formativas más destacadas, el desarrollo del itinerario de educación en la fe, el itinerario para jóvenes adultos (20-30 años), e hizo un repaso por las actuaciones más relevantes en los diferentes ambientes y ámbitos marcadas, claro está, por dar respuesta a la situación que viven jóvenes, familias y educadores.
El Inspector destacó el gran trabajo que se está realizando en las casas y en todos los ambientes pastorales para dar respuesta a la situación de pandemia que estamos viviendo. Subrayó la necesidad de sentirnos todos cercanos, apoyados, para sostener el esfuerzo que salesianos, educadores, animadores están llevando adelante. Invitó especialmente a los salesianos a ser “signos de comunión”, para crecer en familia y animó a los directores a “poner en el centro el cariño a los hermanos”.
