El lema del campamento era ‘¡Vive la vida!’. Este motivo fue el que dio las pistas para desarrollar una serie de temas y experiencias para valorar el hecho de estar vivos, la importancia de conocerse, que se vive con otros, la comunicación, y siempre de fondo la idea de que merece la pena vivir plenamente, como enseña Jesús de Nazaret.

Las experiencias propuestas de trabajo, de tiempo libre, playa, caminata, talleres de oración, celebraciones de la Reconciliación y de la Eucaristía, testimonios de personas y demás han ayudado a descubrir a los chavales que son protagonistas de sus vida y que tienen muchas oportunidades de darle un sentido adecuado.

Han sido unos días intensos que tendrán su continuación en la vida de cada grupo a lo largo del año, según lo que cada uno programó al final del campamento. La aventura continúa.