Dios se revela a sí mismo en las personas, y eso hemos podido comprobar y compartir en estos días en el curso de los Agentes de Pastoral que ha tenido lugar en la Casa de las hermanas del Amor de Dios, situada a las afueras de Madrid, en el barrio de Las Rosas.
Durante cinco intensos días, coordinadores, miembros del equipo y futuras incorporaciones a los equipos de Pastoral nos hemos reunido para seguir potenciando el sentido salesiano de nuestros centros escolares. A lo largo de la semana hemos afianzado el sentimiento de familia, a pesar de pertenecer a diferentes casas salesianas (Santander, Deusto, Atocha, Soto, Paseo, Estrecho, Carabanchel, Guadalajara, Pizarrales, Aranjuez y Villamuriel). Al brotar el sentido de comunidad, hemos creado una convivencia sana y positiva que ha sacado lo mejor de cada participante.
Las sesiones formativas que hemos recibido han girado sobre distintas temáticas: lectura comprensiva de la Biblia, organización de equipos de Pastoral, coaching… Además, se han dispuesto tiempos enriquecedores para la oración y celebración en comunidad. En todo momento se han escuchado con atención nuestras experiencias.
Tras las horas de oración y formación estamos convencidos de que, como Comunidad Educativo Pastoral que somos, queremos seguir a Jesús y vivir fieles al estilo de Don Bosco, donde abunda la alegría y los protagonistas son los jóvenes, y nosotros somos ejemplo de vida, que trabaja en equipo y busca llegar a los necesitados de nuestras casas, aportando nuestro acompañamiento y testimonio.
Queremos dar las gracias por habernos dado esta oportunidad de transformación, a la que responderemos sembrando nuestras mejores semillas de fe. Y como sucede con los mejores regalos, lo que los hace valiosos es poder compartirlo con los tuyos, con tu familia, con tus amigos y en nuestros casos, con nuestros jóvenes.
Ahora llega el momento de transmitir lo vivido y aprendido, continuar nuestra labor de ser agentes de pastoral en nuestras casas, en nuestras vidas, con alegría, ilusión y con la energía que te aporta el saber que formas parte de algo muy grande, que inició Don Bosco hace más de 150 años, y que sigue vigente en nuestro día a día.
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