El Encuentro de PREAS destinado a chic@s de entre 11 y 13 años de edad se celebró en Arévalo (Ávila)  participaron un total de 250 jóvenes. El tema de las redes sociales y el móvil sirvió como hilo conductor para la reflexión, punto en común que tuvo con el encuentro de ADOS, dedicado a los jóvenes entre 14 y 16 años que se reunieron en Soto del Real (Madrid).Este encuentro consiguió congregar a un total de 185 jóvenes.

Hubo momentos de juegos, actividades lúdicas, talleres para reflexionar y pensar más allá y también espacio para uno mismo.

Es importante destacar la labor de los más de 70 animadores que de forma voluntaria han dedicado este fin de semana a compartir con los jóvenes sus experiencias y a ayudarles a vivir unos momentos únicos., y que les acompañan en su crecimiento personal durante todo el año.

Un balance muy positivo en definitiva de ambos encuentros del cual los chavales se llevan un recuerdo que seguro perdura en el tiempo.

El equipo CERO hace el siguiente balance de estos encuentros:

25 y 26 de febrero, un fin de semana diferente. No, y no a causa de los carnavales; sino porque en el colegio salesiano de Arévalo se ha llevado a cabo el encuentro de PREAS 2017. Más de 250 preadoslescente comprendidos entre los 12 y 14 años y llegados de Ciudad Real, Guadalajara, Madrid y Salamanca, han disfrutado de un fin de semana conociéndose, jugando y creciendo por dentro y por fuera (gracias a los tupper de sus padres). Todo esto no podría llevarse a cabo sin los casi 50 animadores de los distintos centro juveniles que les han acompañado en cada actividad.

Este año, siguiendo el eslogan pastoral “Mi vida: crea, sube, comparte”, los participantes han creado el #PREASPHONE, un móvil en el que instalan las apps más importantes en su vida. La familia, los amigos, el deportes, los estudios. Han decidido lo que ocupan cada una de estas apps en su móvil, viendo así, de forma gráfica, que priorizan en su vida.

Previamente tuvieron que descargar todas esas aplicaciones y esto lo hicieron mediante una gynkana por todo el patio. Tras el momento formativo y de reconciliación, las aplicaciones sufrieron el ataque de un virus… así dio comienzo al cluedo de la noche, con el que finalizó en día. No sin antes haber tenido un ratito de fiesta/baile.

El domingo fue mucho más tranquilo, compuesto por tiempos libres, una batalla de pokemon y la celebración de la eucaristía.

Finalizando así un fin de semana en el que la diversión de los niños se ha dado mostrándose tal y como son ellos mismos. Sin máscaras.

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