La familia de Antonio  y la Comunidad Salesiana de Estrecho se han sentido acompañados  por muchísimos salesianos y muchísimos fieles y amigos del difunto.

El Sr. Inspector,  en su sentida homilía,  ha expresado la fuerte personalidad de Antonio,  que nos deja un magnífico testimonio de fidelidad a la llamada de Dios y del compromiso con los semejantes.  
En todos los lugares donde Antonio ha desarrollado su misión apostólica ha sido patente su entrega y su eficacia. Ideas claras y conducta en consonancia.  Sinceridad, tesón, constancia y generosidad han sido las características de su labor en los diversos continentes en que ha vivido.

La base de esta firmeza y claridad ha sido su espiritualidad, la de quien escucha a Dios y está siempre en contacto con Él. Antonio transmitía ?un algo especial? en aquellos con los que trataba, que cautivaba, decía el Sr. Inspector.  Esto lo confirman tantísimas personas que  le han considerado su amigo y han permanecido cercanos a él allí donde ha estado. Han sido numerosas las personas que se han interesado por él cuando se han enterado de su enfermedad, incluso viniendo a visitarle desde otros continentes.

Antonio ha vivido esta última etapa de su vida consciente y, como hombre de Dios que siempre ha sido,  ha manifestado paz y serenidad hasta el final, concluía el Sr. Inspector.

D. Mariano Sáez de Castro, Director de la Obra  Salesiana de Estrecho, expresó al final  del funeral también estos rasgos de la personalidad de Antonio y agradeció la exquisita atención con que le han cuidado sus hermanos y diversas amistades, que han estado continuamente a su lado día tras día, acompañándole y aliviándole en lo posible.

Gracias Antonio por tu vida generosa y auténtica. Que  seas nuestro valedor ante el Padre y ante María Auxiliadora, para que haya muchas personas como tú a nuestro alrededor.