La celebración tuvo lugar en el Monasterio urbano de las Benedictinas de la Natividad situado al noreste de Madrid. El monasterio es un lugar muy querido por las VDB. Fueron ellas las que lo inauguraron como Centro de Espiritualidad, y a él vuelven con frecuencia.

Además de las Voluntarias y de los familiares directos de la profesa, estábamos presentes: la Inspectora y la Vicaria de las FMA de Santa Teresa-Madrid  (Maruja y Ana);  el Vicario inspectorial SSM (Samuel), el Delegado de las VDB en Madrid (Mariano), el Delegado inspectorial de la Familia Salesiana SSM (Jósean), y, sobre todo, tres salesianos de Madrid-Estrecho (Mariano, Juan Antonio, Emilio), casa muy vinculada al itinerario espiritual de la profesa; además del ya señalado Eusebio Martínez.

El Sr. Inspector quería haber presidido la eucaristía, pero la fecha coincidía con su presencia en Roma en el cursillo de inspectores.

La ceremonia religiosa, bien preparada, íntima y emocionante, fue seguida de un exquisito ágape fraterno, lleno de todo tipo de detalles. No puedo menos que felicitar a las Benedictinas, y, sin pretensión de hacer publicidad, merece la pena volver y encontrar estos lugares del Espíritu en la gran urbe de Madrid.

No pudo faltar una larga y muy salesiana velada. Con chistes, sucedidos y cantos, incluidos los animados por la acordeón de Eusebio.

Tras los regalos, pudimos pasar a ver los magníficos iconos que llenan las paredes de la casa.