Sierra Leona es un país libre del ébola hoy, pero donde los niños, niñas y jóvenes sufren de manera grave las consecuencias de la epidemia. Si la situación previa al ébola en protección de menores en Sierra Leona era difícil, tras la crisis la violación de los derechos de niños y niñas ha aumentado.
Hoy, Sierra Leona es un país más difícil: el 82% de los niños entre 4 y 12 años ha sido víctima de castigos violentos; más del 70% de los menores entre 5 y 14 años trabajan, 10.000 lo hacen en minas y muchos de ellos son aprendices en lugares donde les explotan más de 12 horas diarias; hay 12.000 menores que han quedado huérfanos por el ébola; han aumentado las violaciones de menores y los embarazos precoces; cientos de niños y niñas han sido acusados de brujería y de
haber sido ellos los culpables de la muerte de sus familias… Son datos que se revelan en el informe Situación del Derecho a la Protección de la Infancia en Sierra Leona, de Patricia Rodríguez (responsable del área de Proyectos de MISIONES SALESIANAS), que hoy publicamos con motivo del Día del Niño.
La falta de compromiso político, la desestructuración familiar, pérdida de valores, la pobreza… son algunos de los factores de la actual situación en Sierra Leona. “Es cierto que se han hecho cosas para mejorar y dar protección a los niños y niñas, pero tras el paso del ébola Sierra Leona ha quedado muy tocada y sus estructuras son muy débiles”, explica Ana Muñoz, portavoz de la organización.
Los misioneros salesianos en Sierra Leona trabajan en la prevención, detección, acogida y reinserción de los niños, niñas y jóvenes en situación vulnerable. Cuentan con una línea telefónica gratuita donde los menores pueden dirigirse, un programa de atención y rehabilitación de niños de la calle, un centro de acogida para niñas víctimas de violencia, programas de seguimiento y reunificación familiar, programas de preparación para el mundo laboral… “Proteger a los niños, niñas y jóvenes de Sierra Leona es la manera de construir un país y un futuro mejor”, añade Muñoz.
