Conscientes de la necesidad de formarnos cada día más, reanudamos nuestros encuentros formativos anuales.

Esta vez, el encuentro iba dirigido principalmente los dirigentes de nuestras Asociaciones de María Auxiliadora.

D. Isidro Revilla, siempre dispuestos a lo que haga falta, se encargó de animar esta reunión. Se lo agradecemos.

Con su facilidad de palabra y buen hacer, fue desgranando hechos, palabras, anécdotas de la biografía de D. Bosco, presentándonos las líneas esenciales de su pedagogía y espiritualidad. No en vano celebramos el bicentenario de su nacimiento.

Nos hizo también reflexionar en la aplicación de esos principios a nuestra vida ordinaria. Hemos tomado buena cuenta.

La comunidad de Cruces, que siempre tiene sus puertas abiertas, y su Asociación de María Auxiliadora, incansable y bien dispuesta, con su cariño y simpatía a punto, acogió la reunión y nos facilitó su estancia. Gracias.

Recordamos a su entusiasta presidenta, que ingresada en la clínica, no pudo acompañarnos. Deseamos su pronta recuperación.

Este encuentro ha sido un gran estímulo para celebrar más salesianamente el acontecimiento del bicentenario.