Pobreza, desestructuración familiar, falta de educación, conflictos armados, inestabilidad política, deudas familiares, impunidad de los traficantes… Son las causas más comunes del tráfico de personas.

Los misioneros salesianos conocen esta situación y han acudido al rescate de muchos menores víctimas del tráfico infantil: "Es una de las peores realidades a las que tenemos que enfrentarnos, ya que acaba con la infancia del menor y con su esperanza en el futuro".

Algunos menores son vendidos por 20.000 CFA, unos 30 euros, según expone el misionero Juan José Gómez. Prueba de esta realidad es la historia de Rachidi, un chico que fue vendido por su padre a una mujer en Nigeria a cambio de 35.000 CFA (unos 50 euros). Tenía solo 11 años: “Una noche mi padre me dijo que nos íbamos a Nigeria. Cuando llegamos una señora le dio dinero y él me dijo que esperara, que iba a comprar pan, pero se fue y me dejó allí. Tuve miedo”.

Rachidi, que fue comprado para encargarse del trabajo doméstico, sufrió explotación y maltrato. Un día consiguió escapar y vivió en la calle hasta que una mujer lo encontró, llamó a la policía y lo llevaron a los Salesianos.

El trabajo de los misioneros

Cuando un menor llega a un centro de los Salesianos, los misioneros tratan de localizar a su familia. Si lo consiguen, el siguiente paso es trabajar poco a poco para intentar que el menor recupere la confianza en sus familiares, siempre que sea posible.

Carine Agossou, psicóloga del centro de acogida Don Bosco de Porto Novo, comenta que «el niño no entiende por qué las personas que deberían protegerle le hacen una cosa así. Es muy difícil de aceptar».

En los centros salesianos los menores reciben alimentación equilibrada y ropa limpia, tienen acceso a la sanidad y a una educación que les abrirá las puertas del futuro. Pero lo más importante es que tienen personas a quien acudir, que les ayudan y les dan el cariño, la comprensión y el amor que les fue robado al ser vendidos y abandonados.

Apoyo a la campaña

En el portal de Misiones Salesianas se puede colaborar con la campaña ‘No estoy en venta’, para que miles de niños recuperen la esperanza en el futuro.